Parece que se ha establecido en la mente de muchos, que el emprendedor es esa persona que se levanta un día con una idea y la pone en práctica, y al cabo de un par de años está emitiendo acciones en la bolsa y los medios se lo pelean para que esté en sus portadas. Es cierto que esos son los casos excepcionales que precisamente se llevan hoy todas las miradas, pero la realidad es que en nuestras sociedades existen millones de emprendedores que están generando lo del día a día y que son la fuente que moviliza las economías de nuestras sociedades.
Olvidar el valor que aporta el emprendedor a nuestra vida es un gran error y se requiere de un mayor acompañamiento que nos permita brindarle herramientas que fortalezcan su desarrollo y les ayude a entender las posibilidades de éxito, así como los altos niveles de fracaso que existen. Hasta hace muy poco en nuestro país eran incipientes los programas de apoyo al emprendimiento, o los capitales destinados para buscar proyectos de emprendimiento y promover su desarrollo de forma integral. Estos esfuerzos empiezan hoy a convertirse en importantes semilleros de desarrollo en donde los emprendimientos pasan por procesos de selección que les ayudan a encontrar su nicho real en el mercado y a construir oportunidades para su desarrollo.
Es que es importante tener presente que todos los productos y servicios que utilizamos en nuestro día a día, fueron la idea de alguien que trabajó de sol a sol para ver su proyecto avanzar. Además de eso fue la persona o grupo de personas, que por más obstáculos que aparecieran en el camino, mantuvo la guardia arriba con su norte claro. De ese tipo de emprendedores se han creado todo tipo de negocios, innovadores en servicios y trabajadores incansables que al principio (y en algunos casos por muchos años), contaban con pequeñísimas operaciones que con dificultades llegaban a fin de mes para pagar a sus equipos.
Olvidar ese capítulo de “las grandes empresas” es tener una visión muy pequeña de lo que es el mundo empresarial y lo que potencialmente puede aportar el emprendimiento a la realidad de un país con inmensas brechas como lo es Colombia, distancias que podrían cerrarse más rápido si se procura una mejor articulación para que más proyectos innovadores, productivos y colaborativos se consoliden en el mercado.
Precisamente este punto es uno de los que más llama la atención en las discusiones que se están empezando a conocer en la contienda política para las elecciones presidenciales que tendremos en Colombia durante el 2022, porque son pocos los candidatos que saben realmente del desarrollo de tejidos empresariales, muy escasos los que han hecho la tarea de crear valor empresarial o social a partir del desarrollo de proyectos concretos que estimulen la generación de empleo y la consolidación de negocios. Una visión que es más que relevante para entender uno de los grandes factores que necesita el país para intensificar su desarrollo.
También resulta curioso que algunos candidatos ataquen a las empresas que generan utilidades y que crean valor, queriendo con ello darles un título que desconoce el gran valor social que aportan y los inmensos beneficios que traen a los mercados en los que operan. Se nos olvida ese valor que tienen las empresas que iniciaron como un proyecto universitario o con la idea de cambiar el statu quo de un sector; las que nacieron como el sueño “loco” de una persona que abandona su trabajo para dedicarse a lo que realmente le gusta y las que se construyeron encima de las enseñanzas de otros que desistieron en el camino.
El emprendimiento ha sido inherente al ser humano, nuestro desarrollo ha sido una tarea de personas perseverantes que han seguido las huellas de sus antecesores. Ojalá ahora que tenemos la información y conocemos cómo desarrollar a este segmento, tengamos la habilidad para continuar fortaleciendo todo su ecosistema y que no caigamos en las malas prácticas de juzgar y castigar a los que un día fueron esos pequeños soñadores. El resultado podría ser catastrófico y no solamente alejaríamos a las empresas consolidadas sino a los que sueñan con hacer empresa.
Alfonso Castro Cid
Managing Partner
KREAB Colombia