La emisión de deuda soberana de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) alcanzará este año un nuevo máximo histórico de 17 billones de dólares (15,6 billones de euros), lo que supondrá un incremento respecto de la cifra de casi 16 billones de dólares (14,7 billones de euros) emitida el año pasado.
De este modo, entre gobiernos y empresas pidieron prestados 25 billones de dólares (23 billones de euros) en los mercados en 2024, lo que supone 10 billones de dólares (9 billones de euros) más en comparación con el período anterior a la Covid-19 y el triple de la cantidad de 2007.
Según calcula el ‘think tank’ de las economías avanzadas en su ‘Informe Global de Deuda 2025’, en términos reales, la proyección del crecimiento del endeudamiento bruto implica una desaceleración desde el 13% en 2023 al 7% en 2024 y al 6% en 2025, lo que refleja una estabilización del endeudamiento con respecto al PIB de la OCDE, situándose en el 24% en 2024-25, frente al 20% en 2022 y el 22% en 2023.
No obstante, este nivel se mantiene siete puntos porcentuales del PIB por encima del promedio prepandemia debido a unas mayores necesidades de endeudamiento neto y refinanciación.
En este sentido, como consecuencia del aumento de la emisión de letras en los últimos años, la OCDE espera que las necesidades de refinanciación alcancen unos 13 billones de dólares (12 billones de euros) en 2025, casi el 80% del endeudamiento bruto. De su lado, se calcula que el endeudamiento neto en 2025 se mantendrá en los niveles de 2024, en unos 3 billones de dólares (2,7 billones de euros), el doble del promedio prepandemia.
De este modo, se proyecta que la deuda soberana pendiente en bonos en los países de la OCDE alcance en 2025 casi los 59 billones de dólares (54 billones de euros), frente a los 55 billones de dólares (50,4 billones de euros) de 2024.
Asimismo, la ratio deuda agregada/PIB aumentó en 2024 por primera vez desde 2020, al subir hasta el 84%, frente al 82% de 2023, mientras que se proyecta que siga creciendo hasta el 85% en 2025, lo que supondría más de 10 puntos porcentuales más que en 2019 y casi el doble del nivel de 2007, a medida que el aumento de los déficits fiscales y el alza de los tipos de interés compensen los efectos del crecimiento y la inflación.
«Este elevado endeudamiento refleja un crecimiento del PIB más lento en comparación con el período prepandemia, lo que reduce los ingresos fiscales, junto con una mayor presión del gasto derivada del pago de intereses, la defensa, el envejecimiento de la población y la transición energética», señala la organización.
En el caso de los mercados emergentes, el endeudamiento también ha aumentado marcadamente, superando los 3 billones de dólares (2,7 billones de euros) de bonos emitidos en 2024, casi el triple que en 2007, elevando así los niveles de deuda pendiente a unos 12 billones de dólares (11 billones de euros) en 2024, frente a los 4 billones de dólares (3,6 billones de euros) en 2007.
De su lado, el stock mundial de deuda en bonos corporativos en circulación también reanudó su trayectoria de crecimiento a largo plazo en 2024, luego de dos años de reducciones reales inducidas por la inflación que detuvieron temporalmente más de 20 años de aumentos consecutivos.
De este modo, a finales del año pasado, la deuda global en bonos corporativos ascendía a 35 billones de dólares (32 billones de euros), junto con 25 billones de dólares (23 billones de euros) de préstamos sindicados y al menos 1,6 billones de dólares (1,5 billones de euros) de crédito privado.
«En 2024, la deuda soberana y corporativa en conjunto superó los 100 billones de dólares (91,6 billones de euros) a nivel mundial», estima la OCDE.
Aumento de los costes de refinanciación
Por otro lado, la OCDE advierte de que el stock de deuda pendiente actual «no refleja el coste vigente de nuevos préstamos», puesto que la mayor parte es un legado del período de bajas tasas de interés, con un coste mucho menor que los tipos de mercado actuales «y es probable que sea menor que el coste de los préstamos en el futuro».
En concreto, a finales de 2024, más de la mitad de la deuda soberana de la OCDE, el 30% de la deuda soberana de los mercados emergentes, el 63% de la deuda corporativa con grado de inversión y el 74% de la deuda corporativa sin grado de inversión tenían costes de interés inferiores a las tasas de mercado vigentes.
«A medida que esta deuda se refinancie a tasas más altas, los costes aumentarán», señala el ‘think-tank’, destacando que 2024 fue el primer año desde 2015 en que ningún país de la OCDE emitió un bono con rendimiento negativo.
Como resultado, la relación entre los pagos de intereses del gobierno y el PIB aumentó en aproximadamente dos tercios de los países de la OCDE en 2024, alcanzando el 3,3% en términos agregados, frente al 3% de 2023, lo que supone el nivel más alto desde 2010 y que el gasto en pagar intereses supere al gasto público en defensa en la OCDE en términos agregados.
«Se proyecta que los países de la OCDE destinen una mayor proporción de los ingresos públicos al pago de intereses en 2024 que a varias funciones gubernamentales importantes en conjunto, como defensa y vivienda», señala la organización.
En este sentido, la OCDE subraya que los aumentos en los pagos de intereses tienden a ser graduales, ya que la deuda pendiente ya se ha emitido y vencerá a lo largo de décadas, pero apunta que, entre 2021 y 2024, los costes de intereses sobre PIB aumentaron del nivel más bajo al más alto de los últimos 20 años, lo que refleja la velocidad de los cambios recientes.
«Casi el 45% de la deuda soberana de los países de la OCDE vencerá en 2027. Esto incluye un tercio de la deuda a tasa fija, el 60% de la cual se emitió antes del ciclo de ajuste posterior a 2022», advierte para subrayar el «elevado perfil de refinanciación a corto plazo» en parte como resultado del aumento de la emisión de letras y del acortamiento de los vencimientos promedio de algunos grandes emisores de la OCDE.
De su lado, la proporción equivalente de deuda pendiente que vencerá en los próximos tres años en los mercados emergentes es de casi el 40%, mientras que en los países de bajos ingresos y alto riesgo más de la mitad de su deuda vencerá durante este período y más del 25% sólo en 2025.
Asimismo, aproximadamente un tercio de toda la deuda en bonos corporativos en circulación también vencerá en 2027, y el coste ponderado es menor que los rendimientos de referencia de finales de 2024 en todos los años hasta entonces, lo que significa que el gasto en intereses corporativos aumentará a menos que los rendimientos caigan drásticamente.
«Los niveles de deuda soberana y corporativa siguen creciendo en todo el mundo, en un contexto de crecientes costes de endeudamiento y volatilidad del mercado», declaró el secretario general de la OCDE, Mathias Cormann.
«Aumentar la eficiencia del gasto público, priorizar el endeudamiento público para la inversión pública que impulse la productividad y el crecimiento a largo plazo, y ofrecer incentivos a las empresas para garantizar que su endeudamiento mejore su capacidad productiva, contribuirá a mejorar las perspectivas de endeudamiento», ha subrayado.
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