Empecemos por aclarar que el concepto de riqueza en Colombia esta errado y los porcentajes para establecer parámetros de capacidad económica en los colombianos están mal calculados.
Este escrito no pretende dar una clase de economía o finanzas, porque no es mi especialidad, pero si a groso modo, quiero esquematizar un panorama de lo que muchos sienten al conocer la posibilidad de una reforma tributaria en Colombia y no voy a hablar de las clases más bajas porque suponemos que la tributaria reforma es para sostenerlos a ellos.
Según análisis del banco mundial, aproximadamente el 2% de la población colombiana son aquellos privilegiados que ganan más de $10’ millones de pesos mensuales y esa sería la clase económica más pudiente dentro de este bosquejo…
Y según la revista semana (confió en su criterio) aquel colombiano que gane más de $3’ millones de pesos de salario es “rico”.
Ahora metámonos en los zapatos de quienes ganan tres millones de pesos y deben pagar arriendos, pensiones, canasta familiar, servicios públicos, créditos, impuestos y deducciones salariales entre otros, y ahí es cuando lloramos o reímos, pero confirmamos que eso, no es ser rico, incluso quien ganase $10’ millones mensuales y pague la matrícula universitaria, de sus hijos, vive medido y exacto sumando los otros gastos anteriores.
Cualquier persona con un ingreso promedio $3’5 millones es aquella que no cuenta con subsidios, o beneficios, pues por lo general tienen estudios académicos no son personas en estado de vulnerabilidad, ni pertenecen a grupos raizales o etnias por lo tanto sus gastos son iguales a los de los estratos más altos y serian definidos como la clase productiva y obrera, o sea la verdadera clase media, con necesidades como la clase baja y responsabilidades como la clase alta.
Sabemos de sobra que la propuesta de la reforma como tal, pretende aumentar el número de personas que declaren renta y poner a declarar renta a quienes ganen más de $2’800k señores, es totalmente incoherente, injusto, absurdo y a groso modo el monto aproximado a tributar para una persona que gana 3 S.M.M.L.V sería un sobrepeso vulgar en la destinación de su presupuesto.
Pretender aumentar el número de población que paga impuestos módicos, seria digerible para el asalariado, como también lo seria poner a pagar más impuestos a menos colombianos, que ganen un poco mas según el salario, o sea LA CLASE MEDIA.
Ahora pasemos al tema del IVA, conocido como el impuesto que perjudica también los estratos inferiores; aunque quiero anotar aquí, que por ejemplo, en estados Unidos hay IVA por todo, pero es aproximadamente del 3 % sobre el costo de cualquier elemento de consumo; recordemos que en el gobierno Santos este impuesto subió del 16% al 19% y eso sí que se sintió en el bolsillo del trabajador y consumidor colombiano, ahora imaginar un IVA superior sobre los artículos que representan los pocos gustos que nos damos en la clase media es decepcionante; Por ejemplo, la gasolina que en Colombia es elixir a precio de oro líquido con un incremento constante, ¿y pagarle además IVA? Mejor dicho, como cuando el 2 por mil que ya va en 4 por mil.
Todos entendemos que la pandemia generó gastos muy altos y las medidas del gobierno fueron extremas junto a alternativas de rescate, como endeudar el país para evitar hambrunas, (ustedes saben que no estoy exagerando) pero la manera de sopesar ese hueco fiscal, no es una reforma que se comporte igual que un castigo monetario y financiero, y que se meta con la mesa de la familia de la clase media… Que bueno sería que el gobierno recurriera más bien a las herramientas constitucionales y hacer implementación de un plebiscito para acabar con la corrupción, haciendo frente al desfalco politiquero de algunos; recordemos el caso de Samuel Moreno a quien la ley le precluye el proceso y queda exonerado pagar lo que se tomó prestado abusivamente por no decirle ladrón, o pensemos lo bueno que sería evitar troneras en un presupuesto municipal como la que hizo el alcalde de Cali en la navidad pasada.
Un plebiscito demostraría al pueblo, las intenciones de apretar a los ladrones del estado, se generaría en la clase productiva esa confianza para aportar a la recuperación económica del país.
Hay demasiadas personas sin pagar impuestos teniendo con qué y sin exagerar me atrevo a decir, que lo que quieren conseguir con la reforma, se recogería dos veces si se persigue a quienes manejan la evasión.
Existen mecanismos como el sistema MUISCA para regular la economía de los colombianos, por medio del seguimiento a sus gastos ingresos e impuestos, pero son poco efectivos, porque solo regulan a los bobos, y estamos al borde de perder el incentivo a usar servicios bancarios por la tremenda cantidad de impuestos, lo que nos llevaría a un retroceso y la trágica consecuencia para el erario público, sería más informalidad y más evasión.
Los colombianos de derecha no estamos en contra de nuestro presidente, tampoco queremos atacarlo, pero el voto moral y voluntario debe permitir reclamar por derecho democrático, que se cumpla lo que se nos promete y recordemos que cuando Iván Duque hacia campaña, los principales pilares de su gobierno eran la legalidad, el emprendimiento, y la equidad, con ejes transversales en materia de: infraestructura, sostenibilidad ambiental e innovación y no la reforma tributara.