El petróleo sigue siendo el primer activo en reaccionar a los cambios en la situación en Ucrania y además lo hace con extrema violencia, dado que Rusia es el segundo mayor productor del mundo de crudo. Este lunes, el barril de Brent, crudo de referencia mundial ya roza los 130 dólares al anotarse una subida de casi el 10%. Su precio se sitúa así en máximos no vistos desde 2008 y se acerca ya a los altos históricos de todos los tiempos, en los 146 dólares.
Detrás de esta subida está el creciente rumor de que EEUU podría vetar todas las importaciones de petróleo ruso, que hasta ahora era uno de los mayores productores mundiales, con un 9% del comercio de crudo mundial. La guerra en Ucrania se alarga, la crisis de materias primas se agudiza y el shock de inflación que se avecina parece cada vez más peligroso.
En este sentido, si la situación se prolonga, JP Morgan advierte de que podríamos ver el barril de Brent en los 185 dólares al final del año. Desde Bank of America Merrill Lynch van más allá y creen que el petróleo casi podría multiplicar su precio por dos hasta los 200 dólares por barril. Mientras tanto, la OPEP sigue sin dar señales de cambio en su hoja de ruta (seguirá incrementando su producción lentamente) intensificando así el pánico en el mercado.
Si bien es cierto que EEUU no importa demasiado petróleo ruso (unos 400.000 barriles por días según la US Energy Information Administration), este movimiento podría desencadenar la toma de medidas similares por parte de países que sí compran petróleo ruso con intensidad (algunos europeos y asiáticos). El resultado final puede ser un mercado global con una oferta mucho más restringida de petróleo (si se expulsa a Rusia) en un momento en el que el mercado ya se encuentra en una situación muy tensa (inventarios en mínimos y déficit mensual de producción respecto a demanda).
Con información de ElEconomista.es