La invasión de Ruisa a Ucrania ya se siente en los mercados internacionales que este jueven han caído en picada por los temores que genera esta guerra en Europa del Este.
Las bolsas europeas cotizan con descensos que han llegado a acercarse a un frío 5%, en el que es su peor día desde junio de 2020. El CAC alemán se lleva la peor parte al ser uno de los mayores socios europeos de Rusia. Las bolsas asiáticas tampoco escaparon a las caídas. Las chinas de Hong Kong y Shanghái han llegado a dejarse más de un 3%, mientras que el Nikkei de Tokio y el Kospi cedieron en torno a un 2%. “El sentimiento inversor está en zona de miedo”, indica Javier Molina, experto de eToro citado por El Economista.
Con todo, la peor parte se la han llevado los implicados. El índice bursátil ruso Moex, que ha suspendido todas las negociaciones durante buena parte de la jornada, ha vuelto a la actividad con su mayor caída de la historia.
En el mercado de divisas, el rublo ruso y la grivna ucraniana siguen siendo las dos monedas con peor desempeño a nivel mundial este año. De hecho, el rublo ya se mueve en mínimos de 2016 en su cruce con el dólar. El banco central ruso ya ha anunciado que está preparado para intervenir.
El mercado estadounidense de Wall Street abrirá sobre las 9:00 de la mañana (Hora local) y de acuerdo con los expertos, se espera que también abra a la baja.
Petróleo se dispara y supera los 100 dólares por primera vez desde 2014
En contravía de los indices bursátiles, el petróleo, se cotiza al alza ya por encima del 8%. El barril de Brent, de referencia en Colombia, supera los 100 dólares por primera vez desde 2014, mientras que el de West Texas, de referencia en EEUU, se mueve por encima de los 97 dólares. El gas muestra avances del 30%. Cabe recordar que Rusia produce el 10% del petróleo del mundo y es el mayor proveedor europeo de gas natural.
Llas criptomonedas llevan la peor parte
El bitcoin se deja casi un 9% hasta los 34.800 dólares por unidad, mientras que la corrección en ethereum profundiza hasta el 12%. Las criptomonedas vuelven a demostrar que poco o nada tienen que ver con un activo refugio.