En medio del gran debate nacional sobre la ley de financiación y los constantes reclamos de aumento de gasto en salud, educación y otros servicios sociales, analistas han advertido sobre el impacto de la credibilidad fiscal a la vuelta del 2022.
“En economía la tragedia de los comunes hace referencia a la paradójica situación en que el grueso de los ciudadanos quiere disfrutar del bienestar que generan los bienes públicos (a través del mayor gasto), pero la mayoría desconoce la necesidad de identificar previamente cuáles serán esas fuentes tributarias”, aduce un informe de Anif.
El debate actual sobre la Ley de Financiamiento 2019-2022 ilustra bien dicha paradoja.
Mientras los estudiantes están en paro, el sector de la salud y los territorios reclaman más gasto público; el Congreso se opone a la extensión del gravamen del IVA.
Y, además, numerosos empresarios reclaman reducciones adicionales en la tasa corporativa del 33% hacia el 30% y la preservación de abundantes perforaciones al sistema tributario general.
En resumen, se requiere que el establecimiento colombiano logre un mejor entendimiento entre las fuentes adicionales de los impuestos, de una parte, y las mayores presiones de gasto provenientes de la seguridad social y de los territorios, de otra parte, recomienda el informe.
Esto es lo que le conviene al país en su conjunto, a la credibilidad fiscal y a la continuidad misma de un Estado promercado. De lo contrario, no nos lamentemos sobre el giro que todo esto podría tomar a la vuelta del año 2022.