O se endereza, o se enreda la reforma

Entrando ya de lleno en el debate de la reforma a la salud, que hoy la Minsalud anuncia que presentará al Congreso sobre mediados de febrero y por fin conoceremos el texto —así vamos desde noviembre del año pasado—, no podemos escapar a la discusión ideológica que éste contiene.  Cómo bien me lo expresó un buen amigo epidemiólogo hace unos meses ¡todo tiene ideología, hasta la ciencia!

Lo cierto es que para el presidente Petro, es difícil hacer compatible un modelo de salud en donde organizaciones privadas intervienen fuertemente e, incluso, pueden obtener lucro por esta actividad, con la financiación pública del 85% del gasto total en salud en Colombia y un marco Estatuario y jurisprudencial amplio y progresista. Ahora, el Presidente es un político y es natural que fundamente su proyecto en su ideología y oriente su Gobierno por el camino que democráticamente consiguió.  El sano contrapeso a esto se encuentra en el Gabinete, el cual debe alinear los objetivos políticos del Presidente con los objetivos técnicos de sus carteras y, a partir de ahí, construir una política pública sostenible y con legitimidad.

Lastimosamente, no hemos visto algo así en el sector salud en lo que llevamos de esta administración.  Empecemos por la gobernanza, la cual ha estudiado a profundidad la Profesora ‪Cristina Zurbriggen y la define, en el contexto latinoamericano, como ese ejercicio de convocatoria a un diálogo con todas las partes, conducente a dar soluciones integrales a problemas complejos.  No obstante, en las últimas semanas hemos visto cada vez más voces denunciando su exclusión de los espacios de sensibilización de la anunciada reforma, por ejemplo, la organización Pacientes Colombia, que tuvo que sacar su propia propuesta ante la negativa de la Ministra de convocarlos o ACEMI, el gremio de las EPS del Régimen Contributivo, cuya directora ejecutiva hizo público el veto de la Ministra Corcho hasta dentro de un año, entre otros. ¡no, ese no es el talante de una estadista o de una hacedora de política pública, que sabe que, en dicho arte, se debe lograr la amalgama perfecta de muchas visiones y conocimientos!

Pasemos ahora a lo puramente técnico.  El presidente Petro ha protagonizado varias “salidas en falso” sobre el sector salud, producto de un equipo técnico en esta Cartera que confunde la tasa de mortalidad materna con el número absoluto de muertes o que no le explicó al Presidente que los datos del 2022 son parciales o que los datos de 2020 y 2021 deben ajustarse por las muertes Covid —y que no lo hicieron—; que llevó al Presidente al lanzamiento del grandilocuente Programa Preventivo Predictivo sin un documento técnico o una Resolución que permita saber mínimamente como se implementa, más allá de un discurso, y hacer veeduría —aún no existe—; que anuncia una deuda del sector de más del doble de lo que en realidad es y luego tiene que corregir, entre muchas otras cosas.  Ese mismo equipo y la propia Ministra que, en lo que se ha socializado hasta la fecha, no parece entender la diferencia entre el proceso de referencia y contra-referencia y la gestión del riesgo técnico y financiero de salud.  Ese equipo que no ha podido cerrar los cálculos sobre el costo de la reforma con el Ministerio de Hacienda, y ese mismo equipo que no ha podido alinear el objetivo del Presidente con una reforma viable.

Y ¡no! no se trata de un asunto personal en contra de la Ministra. Creo que es válido reconocer su gran capacidad de oratoria, su consistencia en el discurso y su perseverancia. Se trata de hacer un llamado, una vez más, al Presidente para que comprenda que, si su reforma de salud sigue avanzando tal y como va, habrá dos escenarios: o termina siendo su primera gran derrota política o se aprueba una reestructuración al sistema mal diseñada, que manchará su legado en la historia.  Un “tip” para el Presidente: se puede generar una estructura Estatal en salud pública, “desencarretando” al aseguramiento de esto; configurar un sistema de subsidio a la oferta en hospitales públicos, condicionado a resultados y calidad; crear un esquema de coordinación del agenciamiento que sea público en la baja complejidad; diseñar una política de innovación y desarrollo que incentive la industria nacional y mejorar el sistema de información, el cálculo y la modulación de la UPC y los presupuestos máximos; entre otros ajustes estructurales, para traer al sistema de salud al siglo XXI, con una visión más social, darle un rol más protagónico e incidente al Estado desde la ideología política del Presidente y, así, sobre cualquier otra consideración, aportar a la garantía plena del derecho fundamental a la salud.

Germán Escobar Morales.