Puerto de Shanghái pone en jaque la economía mundial: al borde del colapso

Puerto de Shanghái. Miles de barcos y los 26 millones de habitantes de Shanghái están en situación de parálisis. Desde hace tres semanas, el gobierno chino decretó estrictas medidas de confinamiento por un brote de covid y apenas hay movimiento en una de las ciudades más populosas y activas del mundo. El Partido comunista chino, quien Gobierna el país desde hace décadas, expresó hace unas semanas que iba a llevar hasta sus últimas consecuencias la política de Covid cero para evitar la expansión de otro brote como el de 2020.

Este colapso marítimo amenaza con complicar mucho la vida a cientos de miles de empresas de todo el mundo. Desde esta ciudad se exportan: ordenadores, teclados, móviles, circuitos electrónicos, textiles, barcos, coches o grúas, según los datos de OEC. Shanghái mueve al año más de 40 millones de contenedores estándar (TEU). En 2021 representó el 17% del tráfico de contenedores de China y el 27% de las exportaciones de China, y ha sido el puerto más grande del mundo durante los últimos 10 años.

El problema no es solo de salida. También de entrada. Shanghái recibe materias primas relevantes como níquel o aluminio. Si no llega el flujo que debería, no se procesa para crear la materia intermedia necesaria para fabricar productos terminados en industrias como la automovilística.

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Esta circunstancia hace que la economía internacional aguante la respiración como puede durante estos días. Todavía hay margen para evitar un gran deterioro del tráfico de mercancías que se traduzca en mayor inflación.Los inventarios en muchas industrias estaban en máximos, con lo que tienen algo de margen. Pero si la situación se prolonga habrá problemas graves.

El puerto de Shanghái

Las instalaciones portuarias operan bastante por debajo de lo habitual. No hay muchos datos oficiales, aunque algunos medios aseguran que el puerto está al 25% de su capacidad. Los trabajadores han estado aislados en grupos burbuja y separados del resto de la ciudad. Pero el problema no se limita al atraque. En tierra firme faltan camiones para transportar la mercancía: tanto para moverla del puerto como para traerla desde las fábricas. Los contenedores se acumulan sin poder trasladarse y los barcos siguen esperando. En Shanghái opera menos del 20% de los camiones de lo que sería normal por estas fechas si comparamos con el año 2019.

En el resto del país también hay problemas de transporte por carretera pero no tan graves como en Shanghái. Además, la entrada de mercancías durante los primeros días del confinamiento a finales de marzo priorizó la llegada de material sanitario para luchar contra el brote de covid. Las grandes multinacionales del transporte marítimo como MSC, Maersk y ONE han ordenado a sus barcos que no paren en Shanghái y traten de encontrar otro puerto en el que descargar la mercancía y hacerla llegar por vía terrestre a su destino. El precio de los fletes desde Shanghái refleja todo este colapso y cae con fuerza en las últimas semanas, cerca de un 15%. ¿Cómo se resuelve el atasco cuando se recupere la normalidad?

Las consecuencias de los cuellos de botella en las cadenas de suministro las conocemos en Europa: retrasos en entregas de productos e inflación.

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