Starbucks, el gigante del café estadounidense, es una de las empresas que más se ha posicionado a favor del uso de los activos digitales y de la tecnología blockchain. Recientemente ha anunciado una colaboración con Microsoft para crear un sistema que habilite la trazabilidad de sus productos desde su producción hasta la distribución mediante una cadena de bloques, una coincidencia que también se produjo a la hora de apoyar Bakkt junto al gigante de Redmond y la consultora Boston Consulting Group.
Este respaldo se hizo público en agosto de 2018, pero los rumores apuntan a que podría ir más allá de una plataforma dedicada para la marca, ya que la empresa de Seattle podría estar interesada en aceptar pagos con activos digitales en sus espacios. En su papel de minorista, Starbucks busca desarrollar usos prácticos para las criptos de sus clientes, pero no se trataría tanto de aceptar cobros con, digamos, bitcoins, sino de facilitar un sistema de conversión intermedio: el pago se haría siempre en dinero fiat.
Aunque inicialmente este punto no había quedado claro, lo que dio lugar a titulares sensacionalistas del tipo “Starbucks se alía con Microsoft para permitir pagar su café con bitcoin”, desde la empresa no tardaron en aclararlo: “Queremos dejar claro que lo que buscamos es un sistema que convierta los activos digitales en USD para su uso en nuestras cafeterías. En este momento no barajamos la opción de que se puedan pagar los cafés con bitcoins directamente”.
Según informa The Block, aunque sin mencionar sus fuentes, la idea de Starbucks es ofrecer el software propietario de Bakkt en sus locales de Estados Unidos para evitar tener que gestionar ellos mismos las criptomonedas directamente, con la intención de “simplificar la contabilidad”. Dependiendo de los resultados en EE. UU. y de las singularidades de cada legislación local, se plantearían una expansión progresiva a nivel global. En su búsqueda de confianza en su socio tecnológico, no sorprende la elección de Bakkt, ya que detrás de ella está Intercontinental Exchange, la empresa matriz de la Bolsa de valores de Nueva York, hecho que evidencia que con una volatilidad tan apetecible para los inversores a corto, nadie quiere quedarse sin el gran premio “por los pelos”, por no haber apostado lo suficiente.
En cuanto a su postura concreta en relación al Bitcoin, el anterior CEO de la compañía Howard Schultz ya había mostrado su postura: “No creo que el bitcoin sea obligatoriamente la moneda del futuro, pero sí que existen otras opciones que podrían ofrecer una confianza digital legítima, incluso fuera de la tecnología blockchain”. Esta reticencia a trabajar directamente con criptos tiene su origen en varios motivos: su volatilidad en USD, que el tipo de cambio sea positivo o neutro en el momento del canje y la confianza necesaria en la liquidez que debe tener el agente del mismo. De ahí que la opción fácil sea convertir inmediatamente a USD en el momento de la transacción para aprovecharse de la tarifa y comisiones del cambio desde su empresa.
También se alzan voces que defienden la utilidad de este tipo de iniciativas, aunque se queden a medio camino a la hora de integrar un uso directo de activos digitales: Charlie Smith, de Blockforce Capital, opina que lo relevante es la adopción por parte del minorista. Al habilitar el pago con BTC, aunque sea mediante la conversión instantánea, extiende su uso general como moneda, ayuda a difundir y popularizar conceptos asociados a blockchain y aumenta la confianza en el usuario al asociar su uso con una marca tan reconocida como Starbucks.
Que Starbucks avance en facilitar el uso de criptomonedas en los pagos evidencia la demanda por parte de un sector del público de poder usar sus bitcoins de una forma concreta, de concederle un valor que vaya más allá del activo de inversión. Para comprobar la viabilidad de este tipo de opciones de compra tendremos que esperar a ver el nivel de adopción del público. Mientras, parece que Bitcoin sigue imparable en su avance para cambiar el mundo.