Este 29 de agosto se celebra el ‘día nacional del tendero’, una fecha que para muchas personas pasa desapercibida pero que en Colombia es celebrada por más de 1.750.000 personas que devengan su sustento de este sector. Los tenderos son una figura emblemática de nuestra sociedad que hacen parte activa de la vida de un barrio, son quienes proveen a sus vecinos de los productos básicos, saben quién puede pagar en efectivo o a plazos, conocen las historias secretas de sus calles y saben con quién pueden entablar una conversación o relación de confianza.
La historia de la tienda no se ha acabado y esto lo deja ver el rebote que está teniendo este sector a pesar de tener en contra un año complejo, no solamente desde el punto de vista de la disminución en las ventas, que se vieron afectadas por los cierres que siguieron a la aparición de la pandemia, sino por los constantes bloqueos y manifestaciones que han mantenido un flujo interrumpido en el abastecimiento de productos, representando un incremento en los precios.
De acuerdo con la Federación Nacional de Comerciantes (FENALCO), un 95,75% de las tiendas están ubicadas en los estratos 1, 2 y 3; lo que se traduce en que en los barrios en donde más carencias puede haber, es precisamente en donde más difícil se está haciendo el acceso a productos del día a día, y son justamente los tenderemos quienes llevan la peor parte. Con ello se refuerza esa triste realidad de que siempre los más afectados con cualquier emergencia, enfermedad o situación social, son los estratos bajos y los microempresarios que mantienen sus hogares con pequeños negocios.
Las estimaciones dicen que en el país hay 450 mil tiendas de barrio y que de ellas el 52% son administradas por mujeres. Es decir que, si realmente estamos preocupados por apoyar a los emprendedores y además tenemos intenciones de fortalecer el desarrollo de las mujeres, quienes además fueron las más afectadas en sus ingresos, ofertas de empleo y situación social durante la pandemia, tenemos que fijar acciones concretas hacia nuestros amigos tenderos. Precisamente alertaba en estos días Jaime Alberto Cabal, Director de Fenalco, que según sus cálculos pueden estar en peligro de desaparecer por lo menos 11.000 tiendas”.
Aunque las cifras hablen por sí solas, resulta importante entender lo que están pidiendo los tenderos en este momento para consolidar su reactivación, tal como fue expresado por el gremio de comerciantes en el pasado mes de junio:
• Eliminación de cuarentenas y restricciones
• Solución pronta a la situación de orden público a nivel nacional
• Fortalecimiento en la administración del negocio
• Mayor posibilidad de acceso a créditos
• Plazos especiales para pagos de impuestos
• Amnistías en los reportes de las centrales de riesgos
Revisando la lista, sus solicitudes son muy parecidas a las de muchos actores que integran el gran sector del comercio en el país. Es indispensable retomar el control y la seguridad en nuestra sociedad, condición indispensable para que regresen más capitales de inversión, la confianza incremente y el trabajo de todos los actores económicos sea más dinámico.
Es un momento de gran coyuntura que implica mirar al sector de los tenderos con una óptica diferente, para alejar el peligro de que se coinviertan en una especie en extinción. Es claro que pueden profesionalizarse más, y con ello enriquecer su negocio para beneficio de la comunidad en la que son influenciadores. La articulación de esfuerzos público-privados será esencial para apoyarlos, pero deben partir de una mirada de transformación y consolidación de un sector que en muchos casos es el mayor punto de contacto de las empresas con su consumidor.
Quien esté pensando hoy en afectar productos, imponer restricciones o elevar impuestos, tiene que meter en la fórmula el impacto que tendrá sobre los tenderos, los empleos que generan y las comunidades que afectan. Hoy se necesitan más soluciones de desarrollo que de freno, más acciones conjuntas y menos ideas individualistas, si no me creen vayan a la esquina y pregúntenle a su tendero.
Alfonso Castro Cid
Managing Partner
KREAB Colombia