Los líderes del G7 han pedido este sábado al Gobierno chino que presione a Rusia para detener la guerra de Ucrania en un comunicado que combina su deseo de preservar las relaciones con Pekín al tiempo que anticipa medidas para reducir “dependencias excesivas en cadenas de suministro críticas” sin llegar a una “desvinculación” comercial con el gigante asiático.
“Seguimos preparados para fomentar una relación estable y constructiva, al tiempo que reconocemos la importancia de implicarse con franqueza y expresar directamente nuestras preocupaciones”, explican los líderes internacionales en el comunicado publicado este sábado de su segundo día de reuniones en la cumbre de Hiroshima (Japón).
El G7 pide a China “implicación en los foros internacionales” en aspectos que van desde la protección medioambiental hasta el comercio, pasando por los conflictos internacionales, recalcando no obstante los “desafíos” que plantea China con sus “políticas extramercantiles, que distorsionan la economía global”.
Ucrania emerge como una de las cuestiones fundamentales de la declaración final: “Hacemos un llamamiento a China para que presione a Rusia para que detenga su agresión militar, e inmediatamente, completamente y retirar incondicionalmente sus tropas de Ucrania”, señalan los líderes del G7.
“Alentamos a China a que apoye una paz integral, justa y duradera basada en la integridad territorial y en los principios y propósitos de la Carta de la ONU, incluso a través de su diálogo directo con Ucrania”, añaden.
Siguiendo con el ámbito internacional, el G7 reitera su postura sobre el estatu quo en Taiwán, cuya soberanía reclama Pekín desde hace décadas, y manifiesta su contundente oposición ante la expansión china en el Indo-Pacífico “a través del uso de la fuerza o de la coerción”.
“China no tiene ningún tipo de base legal para defender su reclamaciones marítimas en la zona y nos oponemos a la militarización de sus actividades”, señalan.
Con todo, de vuelta al ámbito general, los líderes del G7 quieren recalcar que estos enfoques políticos “no están diseñados para dañar a China ni persiguen frustrar sus esfuerzos de progreso y desarrollo económicos”.
“Una China en crecimiento que se rija por las reglas internacionales ser de interés mundial. No nos estamos desvinculando”, añaden antes de puntualizar sin embargo que el G7 tiene previsto adoptar una senda de “reducción de riesgos y diversificación”.
“Daremos pasos individuales y colectivos”, anuncian, “para invertir en nuestra propia vitalidad económica, y vamos a reducir dependencias excesivas en las cadenas de suministro críticas”.