El Papa menciona “desigualdades” en la capacidad de la iglesia para ayudar a víctimas de abuso

El Papa ha constatado “desigualdades” dentro de la Iglesia católica en materia de prevención de abusos y atención a las víctimas según la riqueza de los países y ha lamentado que haya partes del mundo donde esta lacra se sufre “en silencio” o que provoque rechazo o estigmatización en quien intenta denunciar.

“No es justo que las zonas más prósperas del planeta tengan programas de protección bien formados y financiados, donde se respeta a las víctimas y a sus familias, mientras que quienes que viven en otras partes del mundo sufren en silencio, tal vez rechazadas o estigmatizadas cuando intentan denunciar los abusos que han sufrido. También en este ámbito, la Iglesia debe esforzarse por convertirse en un ejemplo de acogida y buen comportamiento”, ha manifestado el Pontífice en una audiencia a la Pontificia Comisión para la Protección de Menores, que ha sido objetivo de críticas tras la dimisión en marzo del jesuita alemán Hans Zollner, uno de los máximos expertos del Vaticano en este tema.

La cita con el Papa se produce en el marco de la segunda asamblea de la Comisión que preside el cardenal Sean Patrick O’Malley, arzobispo metropolitano de Boston y que concluye este sábado 6 de mayo. Durante las reuniones, entre otras cosas, se ha abordado el nuevo mandato del organismo, que antes era un simple departamento de consultoría en materia de abusos para el Papa y que con la entrada en vigor de la Constitución ‘Praedicate Evangelium’ ha sido incorporada a la Congregación para la Doctrina de la Fe.

Este órgano tiene ahora el mandato de implementar la nueva regulación ‘Vos estis lux mundi’, que ordena a todas las diócesis del mundo la creación de centros de acogida y de escucha para las víctimas. Así, ha reiterado la necesidad de que todas las diócesis del mundo cuenten con un lugar para las denuncias y la atención de las víctimas.

“Puede ser fácil olvidar los pecados de omisión, porque en cierto modo parecen menos reales; pero son muy concretos y hacen mucho daño a la comunidad, si no más”, ha referido.

En esta línea, ha declarado que es “el momento de reparar el daño causado a las generaciones que nos precedieron y a los que siguen sufriendo”.

“No haber hecho lo que debíamos, sobre todo los dirigentes de la Iglesia, ha escandalizado a muchos, y en los últimos años la conciencia de este problema se ha extendido a toda la comunidad cristiana”, ha agregado. Francisco también ha pedido a este organismo creado hace nueve años un informe anual sobre qué funciona bien y qué no para “hacer los cambios oportunos”.

El Papa ha elogiado los planes que está poniendo en práctica la Comisión para abordar “las desigualdades dentro de la Iglesia, en términos de formación y servicio a las víctimas, en África, Asia y América Latina”. Pero ha instado a que los principios de respeto a la dignidad de todos, buena conducta y estilo de vida saludable se conviertan “en una norma universal, independientemente de la cultura y la situación económica y social de las personas”.

Así, considera que la Iglesia debe “esforzarse por convertirse en un ejemplo de acogida y buen comportamiento” y por “reparar esta terrible plaga”. Por ello, ha pedido que se pongan al servicio “de las distintas Iglesias particulares”. “Desde la vida ordinaria de una diócesis en sus parroquias y seminario, a la formación de catequistas de profesores y otros agentes pastorales, la importancia de la protección de los menores y de las personas frágiles debe ser una norma para todos”, ha concluido.

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