El Papa ha pedido oraciones “por las madres de los soldados ucranianos y rusos caídos en la guerra”, al tiempo que ha pedido rezar por “todas las víctimas de los crímenes de guerra”, durante la audiencia general de este miércoles antes del inicio de la Semana Santa de la Pasión de Cristo que conmemora para los católicos su muerte y Resurrección.
“Mirando a María, la Virgen, delante de la Cruz, mi pensamiento se dirige a las madres de los solidarios ucranianos y rusos caídos en la guerra. Son madres de hijos muertos. Recemos por estas madres. Y no olvidemos rezar por la atormentada Ucrania”, ha instado Francisco.
Durante los saludos a los fieles de lengua italiana que, como es habitual, concluyen la cita de los miércoles en la Plaza de San Pedro, el pontífice ha dirigido su oración de modo especial a “todas las víctimas de los crímenes de guerra” y ha elevado una “súplica a Dios para que se conviertan los corazones de todos”. “¿Por qué estamos tan apegados a la guerra, a hacernos daño unos a otros?”, se ha preguntado Francisco en la plaza de San Pedro.
El Papa ha dedicado su catequesis a la esperanza y ha invitado a los fieles a preguntarse si tienen una esperanza “viva” o la han “sellado”. Así, Francisco ha reiterado que “la esperanza de Dios nace y renace en los agujeros negros” de las “expectativas defraudadas” y ha hablado de la tristeza como uno de los males de la sociedad actual.
“Cuando podía salir a la calle, en la otra diócesis, me gustaba fijarme en la mirada de la gente: tantas miradas tristes, tanta gente triste, hablando sola, solo con el móvil, pero sin paz”, ha relatado.
El pontífice ha dicho que el hombre necesita “un poco de esperanza” para curarse de “la tristeza” y “de la amargura” con la que se contamina la Iglesia y el mundo. “A veces estamos tan acostumbrados a decirnos falsedades que vivimos con las falsedades como si fueran verdades, y acabamos envenenados por nuestras falsedades”, ha agregado.
Del mismo modo, ha lamentado que las personas se vistan “de apariencias externas” y de “máscaras” para disfrazarse y mostrarse “mejor de lo que son”. Por ello, el Papa ha exhortado a despojarse de las “cosas inútiles” y de “tantas ilusiones estúpidas”. “Volvamos a la sencillez, a las cosas verdaderas, a lo esencial, a una vida sencilla, despojada de tantas cosas inútiles, que son sucedáneos de esperanza”, ha reclamado.
En este punto, ha vuelto a reivindicar la “sencillez” de “redescubrir el valor de la sobriedad, de la renuncia, de limpiar lo que contamina el corazón y nos entristece” y ha lamentado que en las ciudades “haya muchos jóvenes que no ven una salida” que “no tienen esperanza y prefieren ir más lejos con la droga, con el olvido, pobrecitos”. “Y vosotros, ¿cuál es vuestra droga para cubrir vuestras heridas?”, se ha preguntado al término de la audiencia.