Trump declara bajo juramento que la periodista que le acusó miente para vender más libros

El expresidente de Estados Unidos Donald Trump ha negado que hubiera agredido sexualmente a la periodista Elizabeth Jean Carroll y ha asegurado que dichas acusaciones no son más que una estratagema para vender más libros y parte de la “caza de brujas” a la que está siendo sometido desde que dejó la Casa Blanca.

Trump ha prestado declaración bajo juramento en el caso de difamación que presentó Carroll, a quien acusó de mentir cuando relató este supuesto episodio de agresión sexual sucedido hace un par de décadas en una tienda de Nueva York en su libro ‘¿Para qué necesitamos a los hombres?’.

“Este caso no es más que una estratagema política como muchas otras en la larga lista de cacerías de brujas contra Donald Trump”, ha escrito su abogada Alina Habba en un comunicado, en el que se señala que el expresidente estadounidense ha quedado “complacido” de poder dar su versión y “dejar las cosas claras”.

Sin embargo, Trump ha declarado este miércoles desde su fastuosa mansión de Mar-a-Lago, en Florida, una semana después de que intentará sin éxito su última maniobra para evitar el interrogatorio.

Habba ha destacado que Trump no ha hecho valer su derecho a la Quinta Enmienda –la de no autoincriminarse de un delito– y ha negado haber atacado o difamado a Carroll, a quien ha reprochado estar buscando publicidad para su libro con estas acusaciones.

La semana pasada, Trump utilizó su red social Truth Social para volver a incidir en las mismas palabras que le han costado estas acusaciones de difamación, que “Carroll no está diciendo la verdad” en relación a esa supuesta agresión sexual y que esta nunca se produjo porque “esta mujer no es mi tipo”.

“Y aunque se supone que no debo decirlo, lo haré. ¡Esta mujer no es mi tipo! No tiene idea de qué día, qué semana, qué mes, qué año supuestamente tuvo lugar este supuesto ‘evento'”, escribió Trump, quien ha estado intentado evitar este proceso en base a que estaría cubierto por inmunidad legal ya que las supuestas declaraciones difamatorias tuvieron lugar cuando era presidente de Estados Unidos.

Trump pidió retrasar el caso después de que un tribunal de apelaciones de Nueva York fallara parcialmente a su favor al dictaminar que estaba bajo amparo legal. Sin embargo, ese mismo juez solicitó a la instancia superior, la corte del Distrito del Distrito de Columbia, que decidiera si aquellos comentarios estaban protegidos.

Este proceso judicial es parte de la amplia ristra de problemas legales a los que está haciendo frente Trump, quien también tiene por delante una investigación sobre el mal uso de documentación confidencial de la Casa Blanca, otra sobre las presiones que habría ejercido sobre funcionarios del estado de Georgia para que encontraran pruebas que avalaran sus infundada teorías de fraude electoral, o el caso sobre su responsabilidad en la insurrección del 6 de enero en el Capitolio.

A todas estas se suma la próxima declaración bajo juramento que deberá rendir el próximo 31 de octubre sobre una demanda civil por fraude fiscal, que logró retrasar al recluirse en su mansión de Mar-a-Lago en pleno paso del huracán ‘Ian’.

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