El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) ha aplaudido la decisión del Gobierno de Estados Unidos de aumentar a 62.500 los permisos de entrada para refugiados, ya que considera que “salvará vidas” y permitirá a miles de personas iniciar una nueva etapa “con seguridad y dignidad” en el país norteamericano.
El jefe de ACNUR, Filippo Grandi, ha celebrado que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, haya contribuido a que su país recupere el “liderazgo” perdido en esta materia, en un momento en el que la reubicación de refugiados a nivel mundial ha caído a niveles mínimos –menos de 23.000 en 2020– por la falta de oferta de los países y las restricciones derivadas de la pandemia de COVID-19.
Para el responsable de ACNUR en Estados Unidos, Matthew Reynolds, el gesto de Washington “también envía un claro mensaje de solidaridad y apoyo a los países de bajos y medios ingresos, que acogen a casi el 90 por ciento de los 80 millones de refugiados que hay en el mundo y otras personas desplazadas”.
En este sentido, tanto Grandi como Reynolds esperan que el paso dado por Biden sirva para alentar a otros países y que aumenten sus propios compromisos en materia de acogida y asentamiento.
Biden ha asegurado que los 15.000 permisos establecidos por su antecesor, Donald Trump, “no reflejaban los valores de Estados Unidos como una nación que da la bienvenida y apoya a los refugiados”, por lo que aumentará hasta los 62.500 el límite para este año fiscal, con vistas, ha dicho, a alcanzar “la meta” de 125.000 en los dos próximos años.
Sin embargo, reconoce que “la triste verdad” es que Estados Unidos no alcanzará esos 62.500 permisos para este ejercicio. “Tomará algún tiempo, pero ese trabajo ya está en marcha”, ha aseverado el mandatario estadounidense, que desde su llegada a la Casa Blanca ha prometido revertir la política migratoria de Trump.