Foto: tomada de msn.com
Los aliados del aún presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, le han recomendado que se “sumerja políticamente” para evitar el “paquete de maldades” que dan por hecho van a recibir por parte del nuevo gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva.
Los bolsonaristas temen la “persecución cruel e implacable” desde varios frentes de la que dan por hecho que serán objeto a partir del 1 de enero de 2023 cuando el Lula da Silva sea investido, como el levantamiento del secreto presidencial que podría derivar en investigaciones y frustrar una posible candidatura para 2026.
Entre esas informaciones que pueden hacerse públicas tras revocar el secreto presidencial impuesto por Bolsonaro están desde los datos sobre quién ha estado visitando en el Palacio de la Alvorada a la primera dama, Michelle Bolsonaro, hasta el proceso interno del Ejército contra el exministro de Salud Eduardo Pazuello, pasando por documentación sobre la compra de la vacuna india contra el coronavirus.
Los temores no están solo relacionados con las posibles consecuencias que tenga el levantamiento del secreto presidencial, sino también por cómo se desarrollarán las dos investigaciones que Bolsonaro tiene en el Tribunal Supremo, las de las noticias falsas y las milicias digitales, y el próximo fiscal general.
Estas dos causas investigan el abuso de poder político y económico, así como el mal uso que se hicieron de los medios de comunicación durante el periodo electoral, como por ejemplo cuando el Gobierno de Bolsonaro anunció un aumento de las ayudas sociales en plena campaña, o los ataques a las instituciones y el sistema electoral con el que se creó “ecosistema de desinformación” en redes sociales.
En caso de que estas investigaciones supongan la condena de Bolsonaro, el aún presidente de Brasil sería considerado no elegible para futuros procesos electorales durante los próximos ocho años, detalla el diario ‘O Globo’.
En lo que respecta a la Fiscalía, el bolsonarismo, también teme quién pueda ser elegido nuevo fiscal general a partir de septiembre de 2023, cuando termina la titularidad de Augusto Aras, uno de sus tradicionales aliados, quien no ha dudo en pedir que se archiven, por ejemplo, las solicitudes para investigar a Bolsonaro por su gestión de la pandemia, tal y como pidió una comisión especial parlamentaria.