La Casa Blanca ha dado marcha atrás y ha anunciado que en el próximo mes se anunciará un aumento en el número de las admisiones de refugiados para este año fiscal, después de que en un prime momento se mantuviera el límite de 15.000 fijado por su antecesor en el cargo, Donald Trump.
La portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, ha asegurado que antes del próximo 15 de mayo el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunciará un nuevo límite superior al actual y ha lamentado que la última orden del presidente en este sentido haya “sido objeto de cierta confusión”.
El presidente Biden ha firmado este viernes una orden ejecutiva en la que se eliminaban muchas de las categorías impuestas por Trump para delimitar quién podía acogerse al estatus de refugiado, pero no ampliaba el número de admisiones, tal y como prometió durante la campaña electoral, anunciado incluso que podrían llegar hasta las 62.500.
Psaki ha explicado que durante las últimas semanas, Biden “ha estado consultando con sus asesores para determinar qué número de refugiados podrían ser admitidos de manera realista” y ha reconocido que el objetivo inicial de 62.500 “parece poco probable”, tras comprobar el “diezmado programa de admisión de refugiados heredado” de la anterior administración.
“Se instó al presidente a tomar medidas inmediatas para revertir la política de Trump que prohibía a los refugiados de muchas regiones para permitir que los vuelos desde esas lugares comenzaran en unos días; la orden de hoy hizo eso”, ha dicho.
La decisión no ha sentado nada bien entre las asociaciones civiles y sus aliados en el Congreso, como la representante demócrata por Washington Pramila Jayapal, quien ha calificado de “inaceptable e inconcebible” que la actual Administración no haya revocado “de inmediato” la cuota “dañina, xenófoba y racista de Donald Trump”.
Para el senador demócrata y presidente del comité de Asuntos Exteriores del Senado, Bob Menéndez, mantener la directriz de Trump en esta cuestión “socava” la promesa que Biden realizó y “amenaza al liderazgo estadounidense en la migración forzada”, tal y como se lo ha transmitido al propio presidente a través de una carta.
La Casa Blanca ha explicado en un primer momento que la decisión viene motivada por la actual crisis migratoria en la frontera sur, una “situación de emergencia imprevista” que ya habría colapsado los servicios y las oficinas federales encargadas de tramitar las peticiones de asilo.
Desde que comenzó este año fiscal en octubre, menos de 2.200 refugiados han sido admitidos en Estados Unidos, según datos del Departamento de Estado a los que ha tenido acceso la cadena CBS. La cifra más baja, con Trump alojado en la Casa Blanca, data de 2020, cuando sólo 11.800 refugiados pudieron entrar al país.