El gobierno de Italia confinó a los 60 millones de habitantes del país a permanecer “en casa”, para contener una epidemia de coronavirus que ya se arrastra por un centenar de naciones y, de acuerdo con un conteo de AFP, provocó más de 4.000 muertos en todo el mundo.
El primer ministro Giuseppe Conte dijo que los 60 millones de habitantes de Italia solo podrán viajar por trabajo, razones médicas o emergencias hasta el 3 de abril. Todas las escuelas y universidades, que estuvieron cerradas en todo el país la semana pasada hasta el 15 de marzo, ahora no volverán a abrir antes del mes próximo.
Las muertes en la región de Lombardía, donde los cines, teatros y museos están cerrados y los eventos deportivos fueron suspendidos, aumentaron un 25% en un día a 333, mientras que el número de fallecidos a nivel nacional se disparó en 97 a 463, el más alto del mundo después de China.
Más de 9.000 personas se han infectado en Italia en poco más de dos semanas, de un total global de más de 110.000. Los muertos a nivel global suman 3.900, la gran mayoría en China continental.
“Ahora que el virus ha desembarcado en tantos países, la amenaza de una pandemia se ha vuelto muy real”, dijo el director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, en rueda de prensa.
Pero señaló que solo cuatro países -China, Corea del Sur, Italia e Irán- representan el 93% de los casos en todo el mundo. “Sería la primera pandemia que podría controlarse”, señaló Tedros. “La conclusión es que no estamos a merced del virus”.
El panorama del coronavirus en el mundo
En todo el mundo se han cancelado vuelos, aislado comunidades y cruceros, y aplazado conciertos y ferias. Incluso los Juegos Olímpicos de Tokio podrían estar en riesgo.
Pero mientras algunos países, como China e Italia, han recurrido a medidas drásticas para tratar de retrasar la propagación del virus, otros permanecen en una fase de “contención”, donde todavía se pueden rastrear casos individuales.
Gran Bretaña dijo que permanecería en esa fase por ahora, permitiendo que continúen las grandes reuniones y eventos deportivos.
En la vecina Irlanda, el primer ministro interino Leo Varadkar anunció la cancelación de todos los desfiles planeados para el Día de San Patricio el 17 de marzo, incluido uno en Dublín que atrae a más de 500.000 personas de todo el mundo.
En España, las escuelas cerraron en Madrid y en varias ciudades del País Vasco, mientras el Gobierno central prepara un plan de choque para mitigar el impacto económico del virus.
En la región del Golfo, donde la mayoría de los casos provienen de viajes desde Irán, el énfasis se ha puesto en el control fronterizo. Arabia Saudita dijo que multaría a las personas que no revelen información de salud y detalles de viaje a su llegada al país.
Irán, con 7.161 casos y 237 muertes, dijo que liberará temporalmente a unos 70.000 prisioneros por el coronavirus.
China y Corea del Sur informaron una desaceleración en las nuevas infecciones. China continental -excluyendo a la provincia de Hubei, centro del brote-, no registró nuevos casos de coronavirus transmitidos localmente por segundo día.
Corea del Sur informó 165 casos nuevos, lo que eleva el recuento nacional a 7.478, mientras que el número de muertes aumentó en uno a 51. Con la tasa de aumento de nuevas infecciones en su nivel más bajo en 11 días, el presidente Moon Jae-in dijo que se podría ingresar pronto en la fase de “estabilidad”. En Italia, esto todavía parece estar muy lejos.
Las autoridades dijeron que seis prisioneros murieron por una serie de disturbios en más de 25 cárceles en Italia por las medidas impuestas para contener el coronavirus. La policía y los camiones de bomberos se concentraron en las afueras de la prisión principal en la norteña ciudad de Módena, el sitio de algunos de los peores actos de violencia.
Pero la policía también estaba ocupada en otros lugares. Camareros en Roma y Milán dijeron que agentes los habían visitado para advertirles que sus bares corrían el riesgo de ser clausurados si dejaban que los clientes se aglutinaban en el mostrador o se aglomeraran cerca de la caja.
“Entramos juntos al café, pero nos dijeron que nos mantuviéramos lejos. Fue realmente extraño porque somos amigos”, dijo Ilaria Frezza, una estudiante de 21 años, en un bar que estaba casi desierto.
“Desearía tener problemas para mantener a las personas separadas, pero esa es la menor de mis preocupaciones”, dijo Franco Giovinazzo, quien dirige el Spazio Caffe en Roma. “El verdadero problema es que no entra nadie”.