Estados Unidos ha superado este martes la barrera de las 600.000 muertes por coronavirus, a pesar de que en las últimas semanas se ha reducido considerablemente la incidencia de la pandemia, que deja una media de 360 muertes diarias en la última semana, frente a las más de 3.000 que se registraban en enero.
Así lo confirman los datos de la Universidad Johns Hopkins, que apuntan a esta disminución como consecuencia del aumento en el ritmo de inmunización que viene registrando el país norteamericano. No obstante, Estados Unidos sigue siendo el país más afectado del mundo por la enfermedad, con casi 33,5 millones de contagios.
Por su parte, el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, ha levantado todas las restricciones que seguían vigentes en el estado, donde el 70 por ciento de todos los adultos han recibido al menos una dosis de la vacuna contra el coronavirus.
“Podemos volver a vivir”, ha celebrado Cuomo al anunciar el fin de las medidas que hasta ahora estaban en vigencia, que incluían distanciamiento social, exámenes de salud, entre otros.
La cuota fijada por la Administración de Joe Biden del 70 por ciento de todos los adultos estadounidenses hayan recibido al menos una inyección para el 4 de julio.
Los últimos datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por su siglas en inglés) apuntan a que más de la mitad de la población del país ha sido vacunada con al menos una de las dosis, mientras que el 43 por ciento ya cuenta con el esquema completo de vacunación.