Con el excapitán del Ejército Jair Bolsonaro a punto de ganar la presidencia de Brasil, sus aliados en el Congreso planean cumplir con su promesa de campaña de flexibilizar las restrictivas leyes de armas de fuego del país este mismo año.
La posesión de armas es una de las promesas emblemáticas de la campaña del exmilitar paracaidista, que saluda regularmente a sus seguidores haciendo el gesto de disparar pistolas. Bolsonaro está en camino de ser elegido próximo presidente de Brasil, el 28 de octubre, muy por delante de su rival Fernando Haddad en las encuestas de opinión.
Aunque la posesión de armas ya es legal en ciertas circunstancias restrictivas, un proyecto de ley que ya está en el Congreso pretende ampliar el acceso. “El punto clave es simplificar la ley y permitir que cualquier ciudadano tenga un arma”, dijo Sóstenes Cavalcante, un legislador del influyente grupo evangélico, la mayoría de los cuales apoya a Bolsonaro en la cámara baja.
El proyecto de ley, que está listo para ser votado en el pleno de la cámara, propone otorgar a los ciudadanos “el derecho a poseer y portar armas de fuego para la legítima defensa propia y la protección de la propiedad personal”. También reduciría los impuestos sobre las armas y la edad mínima para comprarlas de 25 a 21 años.
A pesar de que una encuesta realizada en agosto mostró que la mayoría de los brasileños está en contra de la idea de liberalizar la posesión de armas, el proyecto de ley podría ser aprobado fácilmente en el Congreso, dando una primera victoria a Bolsonaro. Sólo se necesita una mayoría simple para que se convierta en ley. “Si Bolsonaro es elegido, votaremos rápidamente”, dijo José Rocha, líder del Partido de la República, el quinto más grande de la Cámara Baja.
“Este es el tema más atractivo”
Incluso aquellos que se oponen en gran medida a la agenda de Bolsonaro ven una alta probabilidad de que la medida sea aprobada pronto, aunque puede que tenga que esperar hasta después de que el nuevo y más conservador Congreso se reúna en febrero. Julio Delgado, miembro del Partido Socialista Brasileño de centroizquierda, anticipa que el estatuto será una de las primeras cosas en las que trabajará el nuevo parlamento. “Este tema es el más atractivo”, dijo. “Otros temas, como la reforma de pensiones, son muy controvertidos”.
A lo largo de sus 28 años en el Congreso, Bolsonaro ha propuesto consistentemente la liberalización de la tenencia de armas de fuego y el tema ha tenido un papel destacado en su campaña presidencial. “Las armas son herramientas, objetos inertes que pueden usarse para matar o para salvar vidas. Esto depende de quién las sostenga: gente buena o los tipos malos”, señala su documento sobre políticas.
En una transmisión en vivo en Facebook el 14 de octubre, Bolsonaro dijo que la posesión de armas es una forma legítima de defensa propia. “¿Por qué siempre he defendido la posesión de armas de fuego? Es para que ustedes, ciudadanos respetables, con unos pocos requisitos, puedan tener un arma dentro de su casa o de su granja. Si un tipo derriba la puerta de su casa, derriba la puerta de su granja, tienen derecho a reaccionar”, dijo el candidato de la extrema derecha.
La armamentística Taurus en auge
El fabricante brasileño de armas de fuego Forjas Taurus vio sus acciones triplicarse con creces este año, sobre la base de las expectativas de que Bolsonaro ganará las elecciones. La acción ha subido un 330% en lo que va del año y su volatilidad histórica de 100 días se encuentra en el nivel más alto desde al menos el 2008, según los datos recopilados por Bloomberg.
Los débiles indicadores de la compañía fueron compensados por las apuestas de que el acceso a las armas crecerá bajo la administración de Bolsonaro. “Forjas Taurus continúa en una situación crítica, con un alto nivel de endeudamiento. Pero la perspectiva de una victoria de Bolsonaro le da a la compañía un segundo aire”, dijo a Bloomberg por teléfono Glauco Legat, analista jefe de la agencia de corredores Spinelli.
El estatuto del desarme de 2003 prohibió a todas las personas portar armas, excepto las fuerzas de seguridad pública. En Brasil, está prohibido vender armas de fuego y municiones, excepto a profesionales autorizados. La policía federal puede autorizar a personas que puedan demostrar que necesitan mantener armas en casa, siempre y cuando no tengan antecedentes penales y pasen una prueba de aptitud psicológica para manejar un arma.
Los especialistas advierten que la liberalización de las leyes sobre armas de fuego podría aumentar los ya altos niveles de violencia en Brasil, donde se registraron más de 63,000 muertes violentas en 2017. Según Bruno Paes Manso, investigador del Centro de Estudios sobre la Violencia de la Universidad de Sao Paulo, la derogación del estatuto de desarme, junto con la dura retórica de Bolsonaro sobre la delincuencia, podrían aumentar la tensión social y allanar el camino para más grupos paramilitares.
“Poner más armas en circulación sería como verter aceite en una situación altamente volátil”, dijo.