Boris Johnson se ha convertido en la mañana de este martes en nuevo Primer Ministro de Reino Unido. El ex alcalde de Londres sucederá a Theresa May en el cargo, al que llega siendo uno de los rostros más polémicos de la política británica y europea.
Y es que el conservador, líder del partido Tory, ha protagonizado varios escándalos sexuales a lo largo de su carrera, sobre todo por sus continuas infidelidades. Las traiciones del político antieuropeista en sus dos matrimonios han ocupado un puesto destacado en los y tabloides británicos, convirtiéndose en la gran comidilla de Inglaterra.
Boris estuvo casado durante 25 años con la reputada jurista Marina Wheeler, con la que tiene seis hijos. En noviembre del año pasado, ambos pusieron fin a su relación con su separación. La larga lista de infidelidades del político Tory terminaron rompiendo el matrimonio.
Las crisis entre Johnson y Wheeler fueron constantes durante años. En 2004, de hecho, tras una de las infidelidades del nuevo Primer Ministro, su mujer lo echó de casa. Lo hizo cuando descubrió que su marido mantenía una aventura de cuatro años con la periodista Petronella Wyatt.
Tras el escándalo, Marina perdonó a Boris y retomaron la relación, pero ya se sabe que segundas partes nunca fueron buenas. En 2010, el británico volvió a dejar el nido familiar después de que naciera su hijo extra matrimonial con la consultora de arte Helen Macintyre. Ocho años después, la situación era insostenible y tomaron la decisión de divorciarse.
Wheeler no fue la primera mujer de Boris. Desde 1987 a 1993, el nuevo Primer Ministro Británico estuvo casado con Allegra Mostyn-Owen, una de sus compañeras de universidad. El matrimonio llegó a su fin cuando su primera mujer descubrió que le estaba siendo infiel, precisamente con Wheeler.
Ahora, el corazón de Boris Johnson vuelve a estar ocupado. El conservador mantiene una relación con una mujer a la que saca 24 años. Según aseguran diferentes tabloides británicos, el político ha iniciado una relación amorosa con la joven Carrie Symonds, a la que incluso ya habría presentado formalmente a sus hijos y con la que se podría mudar a un departamento, valorado en 2,3 millones de euros, en los próximos meses.