Los gobiernos de España, Francia, Dinamarca, Suecia y Bélgica han urgido este viernes al resto de socios de la UE a acelerar los trabajos para crear un mecanismo europeo que comparta dosis de vacunas contra la COVID-19 a todos los países del mundo, especialmente los más pobres, y que la UE reafirme así su papel de “liderazgo” global en la lucha contra la pandemia.
La misiva está firmada por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; el presidente francés, Emmanuel Macron; y los primeros ministros de Suecia, Stefan Lofven; Dinamarca, Mette Friederiksen; y de Bélgica, Alexander de Croo y ha sido dirigida tanto a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, como al presidente de turno de la UE este semestre, el primer ministro de Portugal, António Costa.
Estos cinco países han dado a conocer el texto poco antes de que comience la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la UE en Oporto, en la que los Veintisiete debatirán sobre la posibilidad de aceptar una suspensión temporal de las patentes de las vacunas contra la COVID-19.
En el documento, España, Francia, Suecia, Dinamarca y Bélgica afirman que la UE “debe estar a la vanguardia de los esfuerzos internacionales” contra la pandemia y dicen que es “urgente” sacar adelante un mecanismo europeo que sirva para “compartir” vacunas con todos los países del mundo y sirva de “complemento” a la iniciativa COVAX.
Los firmantes aseguran entender que la UE está en la actualidad “trabajando para acelerar su proceso de vacunación en las próximas semanas”, pero advierten de que el bloque no puede “desatender su responsabilidad” de asumir su papel de liderazgo y de contribuir a los esfuerzos internacionales.
Además, avisan de que las vacunas se han convertido en un instrumento de “política de seguridad” y la UE “no puede permitirse quedar atrás”. “Si la UE no da un paso adelante, otros ocuparán ese vacío y usarán las vacunas como herramienta geopolítica”, advierten.
También recalcan que el bloque, como “mayor exportador del mundo”, debería dar un “impulso global” junto a sus “socios transatlánticos” a la colaboración público-privada centrada en “incrementar la capacidad global” de producción y a distribuir vacunas “seguras, efectivas y asequibles” asegurando que también se comparte el ‘know-how’ y la tecnología para el desarrollo de las dosis.
“El mayor desafío al que se ha enfrentado la humanidad en las últimas décadas no puede superarse con soluciones individuales”, subrayan los cinco jefes de Estado y de Gobierno firmantes, quienes más tarde defienden que “la cooperación debe ser la piedra angular de nuestra respuesta a la crisis sanitaria”.
“Si la vacunación solo tiene lugar en los países desarrollados, nuestra victoria contra la COVID-19 será efímera”, admiten estos cinco gobiernos europeos para después enfatizar que la vacunación debe ser global para vencer a la pandemia “pronto y de forma efectiva”.