El general iraní Qassem Soleimani, que fue alcanzado la madrugada de este viernes por un misil de EEUU en la inmediaciones del aeropuerto de Bagdad (Irak), extendía su influencia más allá de las fronteras de Irán. Para EEUU era la reina negra del tablero de Oriente Medio. Responsable del ascenso de Hezbolá en el Líbano, de la resistencia Bashar al-Assad en la guerra civil de Siria y culpable de que Yemen se haya convertido en un avispero para Arabia Saudí. Jefe del cuerpo de élite de la Guardia Revolucionaria para misiones en el exterior, las Fuerza Qods, nació en 1957 en una de las partes más empobrecidas del país en el seno de una familia de granjeros.
Comparado con Karla, el oficial de la inteligencia rusa de las novelas de John le Carré, la historia de Soleimani transcurre en paralelo a la Revolución Iraní. Nació en Rabor, una ciudad en el este de Irán, y se trasladó a una ciudad vecina a los 13 años para trabajar con su padre par pagar las deudas de su familia que tenía con el Sha. Cuando cayó el régimen monárquico en 1979, Suleimani ya estaba militaba en el Gobierno del ayatolá Ruhollah Khomeini uniéndose a la Guardia Revolucionaria, la milicia encargada de defender el nuevo orden en Irán.
Luchó en el frente iraquí en lo siguientes años donde empezó una carrera fulgurante. Se especializó en romper líneas enemigas y pronto escaló a puestos oficiales. Su campo de batalla durante décadas fue el enfrentamiento entre Irán e Irak, pero lejos del frente y moviéndose como una sombra al mando de la Fuerza Qods, el cuerpo especial del ejército de la Guardia Revolucionario. El comando de élite está dirigido directamente por el líder supremo Ali Khamenei y está formado por hasta 20.000 soldados, según las cifras manejadas por la Cia.
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Soleimani ya era general de esta división cuando fue derrocado Saddam Hussein por la segunda intervención de EEUU en Irak en 2003. Y se encargó de preparar el terreno en el país vecino para los años siguientes tras la dictadura de Hussein con la preparación de milicias chiítas. El nuevo vietnam de EEUU se convirtió en ingobernable y nunca Washington pudo poner en marcha una transición pacífica y democrática para Irak. Gran parte de la responsabilidad en que Irak sea un embrollo es de Soleimani. El general iraní llegó a desafiar al general estadounidense Petraeus. En 2007 le escribió: “Debe saber que yo, Qassem Soleimani, controlo la política de Irán con respecto a Irak, Líbano, Gaza y Afganistán. El embajador en Bagdad es miembro de la fuerza Qods. El individuo que lo reemplazará es un miembro de la fuerza Qods”.
El General Soleimani fue cultivando su reputación de enemigo público de EEUU estrechando alianzas con grupos kurdos en Irak y más tarde con Hezbolá en el Líbano.
Estados Unidos designó a los Guardias Revolucionarios como una organización terrorista extranjera en 2019, parte de una campaña de máxima presión para obligar a Irán a negociar su programa de misiles balísticos y nuclear. Soleimani decidió no negociar. Hablar supondría rendirse ante EEUU.
A lo largo de su carrera, desarrolló estrechos vínculos con grupos kurdos en Irak y más tarde ayudó a Hezbolá en el Líbano. Apoyó al regímen de Bashar al-Assad y fue clave en la derrota del califito de Estado Islámico que llegó a desplegarse en amplios territorios de Irak y Siria, a la vez que minaba los intereses estadounidenses en la zona. Fue clave sus movimientos diplomáticos para coordinarse con Rusia en Siria.
El nombre de Qassem Soleimani llegó a sonar para sustituir Hassan Rouhani como Presidente de Irán
La popularidad de Soleimani ha aumentado en los últimos años con sus éxitos militares. Su cara es la imagen de la lucha de Irán contra los yihadistas sunitas del Estado Islámico. Visitaba regularmente las líneas del frente en Irak y Siria. Para 2016, su popularidad era tal que se especuló que podría postularse para presidente.
“Era más importante que el presidente, con contacto con todas las facciones en Irán , tenía una línea directa con el líder supremo y estaba a cargo de la política exterior de Irán”, según los expertos de Bloomberg. Su figura era tan grande que se atrevió a amenazar a Donald Trump. “Comenzarás la guerra pero nosotros la terminaremos”. La primera parte de su frase parece que ya se ha cumplido.