Una imagen impensable ha tenido lugar estos días en Nueva York, ciudad que acumula el mayor caso de pacientes con coronavirus en Estados Unidos y el mundo entero; se trata de varias fosas comunes que se han abierto en una isla de la ciudad para enterrar los cuerpos de los miles de víctimas que ha dejado la pandemia.
Alrededor de 24 cuerpos al día, cinco días a la semana, son sepultados en la isla de Hart, de acuerdo con un portavoz del Departamento de Correccionales de la ciudad. Se trata de entierros temporales, según mencionó a principios de semana el alcalde Bill de Blasio.
Esta isla, que se encuentra en la costa este del distrito de El Bronx, ha sido utilizada durante más de 150 años para sepultar a neoyorquinos sin parientes cercanos o a quienes no pueden permitirse un funeral.
“Lo que hemos visto es un incremento generalizado de fallecimientos, y significa que hay más gente muriendo y no hay familiares o seres queridos que podamos encontrar (…) y que se quieran responsabilizar de su entierro”, explicó en una rueda de prensa el alcalde de la ciudad, Bill de Blasio.
De Blasio subrayó que las sepulturas que se están produciendo son de “cualquier persona que esté muriendo ahora, por cualquier cosa, pero hay más gente en estos momentos que está falleciendo a causa de COVID-19”.
Hay que recordar que en Nueva York ciudad mueren habitualmente cada día en su domicilio unas 25 personas, cifra que se ha disparado estos días a 200.
De acuerdo con las autoridades de la ciudad, la idea es que estos entierros sean temporales y que los familiares que reclamen los cuerpos puedan en el futuro celebrar un sepelio privado, tal como ya habían advertido que harían a principios de esta semana desde el ayuntamiento de Nueva York al ver el incremento diario de fallecidos y el colapso de funerarias y cementerios. Muchos hospitales tienen en sus puertas traseras camiones frigoríficos que hacen de morgues móviles.