Las autoridades de Irán han vuelto a encarcelar a la antropóloga franco-iraní Fariba Adelkhah, quien en octubre de 2020 fue puesta bajo arresto domiciliario bajo control después de ser condenada un año antes a seis años de cárcel por cargos de poner en peligro la seguridad nacional y hacer propaganda contra el régimen.
“Ante nuestro gran estupor, Fariba Adelkhah ha vuelto a ser encarcelada”, ha dicho su campaña de apoyo a través de la red social Twitter. Así, ha anunciado una concentración este jueves frente a la Universidad Sciences Po para reclamar “su liberación incondicional”.
El Ministerio de Exteriores de Francia ha expresado igualmente su “estupefacción” ante la decisión de las autoridades iraníes y ha recalcado que la académica ha vuelto a ser encarcelada “sin explicación alguna ni informaciones previas”.
“Como hemos subrayado en muchas ocasiones, la condena contra Adelkhah no está fundamentada en ningún elemento serio. Es puramente política y arbitraria”, ha dicho en un comunicado, al tiempo que ha reseñado que “la decisión de volver a encarcelarla (…) no puede tener más que consecuencias negativas en la relación entre Francia e Irán y reducir la confianza entre los dos países”. “Francia reclama su liberación inmediata”, ha remachado.
Adelkhah fue detenida en junio de 2019 en el aeropuerto de Teherán junto a su marido, el científico francés Roland Marchal, por presuntamente difundir propaganda contra el régimen. Marchal fue liberado en marzo de 2020 en el marco de un intercambio de presos entre París y Teherán.
Por otra parte, el British Council ha anunciado que la empleada del organismo Aras Amiri, de nacionalidad iraní, ha sido absuelta de los cargos de espionaje presentados contra ella tras el proceso de apelaciones y que se encuentra de vuelta en Reino Unido.
“Nos satisface mucho confirmar que la empleada del British Council y ciudadana iraní Aras Amiri ha sido absuelta por el Tribunal Supremo de Irán de todos los cargos presentados contra ella tras una apelación exitosa presentada por su abogado”, ha manifestado en un comunicado.
“Siempre hemos refutado los cargos originales contra Aras. Estamos muy orgullosos de su trabajo en nuestra oficina en Londres como oficial del programa de arte en apoyo a un mejor entendimiento y valoración de la cultura iraní en Reino Unido”, ha destacado.
Así, ha incidido en que “este era un trabajo importante que refleja el valor de la colaboración cultural transfronteriza”. “El bienestar de Aras sigue siendo nuestra prioridad y pedimos que se respete su privacidad mientras reconstruye su vida en Reino Unido tras un periodo largo y difícil”, ha apostillado.
Amiri fue condenada en 2019 a Un a diez años de cárcel por cargos de espionaje a favor de Reino Unido. Según el entonces portavoz del sistema judicial, Gholamhossein Esmaili, la mujer “estaba al cargo de la oficina en Irán del British Council y cooperaba con las agencias de Inteligencia británicas”.
Por su parte, el British Council señaló que el organismo no tiene oficina ni representante en el país y el director ejecutivo de la organización, Ciarán Devane, sostuvo que el British Council “es una organización apolítica” y que “su personal no está conectado con ninguna agencia de espionaje”.
Amiri estuvo encarcelada en la misma prisión que la ciudadana británica-iraní Nazanin Zaghari-Ratcliffe, una colaboradora de la Thomson Reuters Foundation que fue puesta en libertad vigilada en marzo de 2021 tras cumplirse los cinco años en prisión a los que fue condenada por cargos de conspiración y espionaje.
Sin embargo, poco después fue imputada con nuevos cargos de propaganda contra Irán por participar en 2009 en una manifestación frente a la Embajada iraní en Londres y realizar declaraciones al servicio en persa de la BBC. El Gobierno británico ha pedido reiteradamente su liberación y considera que su encarcelamiento es “arbitrario” y una “represalia diplomática”.