El Papa ha pedido a los jóvenes que no dejen solos a los abuelos y que tengan gestos de ternura con ellos, como por ejemplo llamándolos por teléfono o visitándolos, pero siempre con las precauciones necesarias para evitar contagios.
“Queridos jóvenes, cada uno de estos ancianos es vuestro abuelo, no los dejen solos, usen la fantasía del amor. No los dejen solos. Llámenlos, videollamadas, por teléfono, escúchenlos”, ha dicho el pontífice durante el Ángelus de este domingo, que ha coincidido con la memoria litúrgica de los santos Joaquín y Ana, los abuelos de Jesús.
Así, ha animado a los jóvenes a “tener un gesto de ternura con los ancianos y las ancianas, sobre todo aquellos que están en las residencias y que, desde hace tantos meses, no ven a sus seres queridos”.
Asimismo, ha exhortado a, “allí donde sea posible, en el respeto de las normas de sanidad”, acudir a su encuentro. “Envíenles un abrazo, porque ellos son vuestras raíces. Un árbol sin raíces nunca crece, no da flores ni frutos”, ha subrayado Francisco.
Por otro lado, el Papa también ha mostrado su alegría por el alto al fuego de la región del Dombás (Ucrania), recientemente decidido en Minsk. “Mientras doy las gracias por este gesto de buena voluntad, vuelvo a reiterar la tan deseada paz en esta martirizada región. Y rezo por que todo lo acordado sea finalmente puesto en práctica, con un efectivo proceso de desarme y de retirada de las minas antipersona”, ha aseverado. Según ha señalado, “se podrá reconstruir la confianza para una reconciliación tan necesaria para la población”.
Durante el Ángelus, el Papa ha reflexionado acerca del evangelio de este domingo, en el que se habla sobre el Reino de los cielos: “Me detengo en los dos primeros, en los que el Reino de los Cielos se asemeja a dos realidades ‘preciosas’ diferentes, a saber, el tesoro en el campo y la perla de gran valor. La reacción de quien encuentra la perla o el tesoro es prácticamente la misma: el hombre y el comerciante venden todo para comprar lo que más les importa”.
Para el Papa, está claro que “Jesús propone involucrarnos en la construcción del Reino de los Cielos”, presentando una característica esencial: “aquellos que están dispuestos a jugar todo se adhieren completamente al Reino”. “De hecho”, ha continuado Francisco, “tanto el hombre como el comerciante de las dos parábolas venden todo lo que tienen, abandonando así su seguridad material”, de lo cual “entendemos que la construcción del Reino requiere no solo la gracia de Dios, sino también la disponibilidad activa del hombre”.
Con información de Europa Press