Foto: tomada de notiamerica.com
Al menos cuatro personas han sido detenidas este jueves en un operativo a nivel nacional por su participación en las protestas antidemocráticas que se produjeron el pasado 12 de diciembre en Brasilia, cuando el presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, recibía las credenciales por su triunfo en las urnas.
Por orden del Tribunal Supremo de Brasil se han llevado a cabo registros en hasta ocho regiones diferentes, entre ellas Río de Janeiro y Sao Paulo, así como cuatro detenciones de las más de 30 órdenes de captura que se han emitido.
Los sospechosos están acusados de daños, asociación para delinquir, abolición violenta de las instituciones democráticas y golpe de Estado, en el marco de las violentas protestas que se produjeron el 12 de diciembre en la capital brasileña y en las que, que dejaron la estampa de una turba intentando asaltar una comisaría de la Policía Federal, además de vehículos quemados y agentes agredidos.
El futuro ministro de Justicia, Flávio Dino, ha subrayado que las acciones policiales de este jueves tienen como finalidad garantizar el Estado de Derecho y ha subrayado que las “motivaciones políticas” no legitiman actos criminales como los de aquel día. “La libertad de expresión no incluye el terrorismo”, ha dicho.
Entre los detenidos está el pastor evangélico Átila Mello, cuya esposa, Carina Mello, se ha preguntado en sus redes sociales dónde están el presidente Jair Bolsonaro –de viaje para pasar el Año Nuevo en Estados Unidos– y las Fuerzas Armadas, mientras el pueblo “es perseguidos” por “luchar por Brasil y la bandera”.
Según los hechos narrados por la Policía todo comenzó cuando un grupo de seguidores de Bolsonaro intentaron acceder a una comisaría para rescatar a un hombre que había sido detenido. Frustradas sus intenciones comenzaron a llevar a cabo acciones vandálicas en la capital.
Mientras ocurría aquello, Lula da Siva recibía del Tribunal Superior Electoral (TSE) las credenciales electorales de su triunfo en las urnas el 30 de octubre. Desde entonces, miles de seguidores de Bolsonaro han estado bloqueando carreteras y acampados a las puertas de los cuarteles pidiendo un golpe de Estado.
Entre los sospechosos por aquellos actos de vandalismo en Brasilia están asiduos a los campamentos que se levantaron frente a los cuarteles, según ha contado la Policía, informan medios brasileños.
“Lo que se supo del día 12 es que no hubo una planificación previa. Eran personas que de alguna manera asistieron a las protestas que instalaron el Cuartel General del Ejército”, ha explicado el delegado de la Policía Civil, Leonardo Cardoso.