Lula defiende ante la COP27 que luchar contra el cambio climático y la pobreza es “indivisible”

Foto: tomada de msn.com

El presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ha defendido este miércoles que cambio climático y la pobreza son dos realidades “inseparables” que deben combatirse de manera conjunta y ha prometido castigos más “estrictos” contra quienes atenten contra el medioambiente y los recursos de las Amazonía.

A su vez, ha reclamado la presencia de más países en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para una mejor gobernanza global y poner fin al “privilegio del veto”, que atenta contra el equilibro y la paz. “El mundo de hoy no es el mismo que el de 1945”, ha dicho.

Durante su discurso en la cumbre del clima de Naciones Unidas que se celebra estos días en la ciudad egipcia de Sharm el Sheij, Lula ha enfatizado que “la lucha contra el calentamiento global es inseparable de la lucha contra la pobreza”.

Lula ha señalado que es necesaria una sociedad más empática, basada en la “confianza” entre los pueblos y “más allá de los intereses nacionales inmediato” para que se pueda atajar un problema que afecta en especial a los más vulnerables.

Por ello, ha defendido que se movilicen más recursos para que “los países en desarrollo, sobre todo los más pobres”, puedan hacer frente a un problema que “en gran medida” ha sido provocado por los más ricos.

Lula da Silva ha adelantado que defenderá “de forma vehemente” para que la Amazonía acoja la cumbre del clima de Naciones Unidas de 2025, si bien un año antes será Brasil la sede del G20. “Tengan por seguro que la agenda climática será una prioridad. Mi vuelta también se cobrará lo prometido en 2009”, ha dicho.

Brasil ya se había propuesto como sede de la COP25, en 2019, pero la llegada al poder de Bolsonaro implicó la retirada del gigante sudamericano como anfitrión de un foro que se trasladó inicialmente a Chile y, debido a las protestas, recaló finalmente en España.

“Estoy aquí para decir que Brasil está preparado para unirse de nuevo a los esfuerzos de reconstrucción de un planeta más sano, de un mundo más justo, capaz de acoger con dignidad a la totalidad de sus habitantes, no solo a un minoría privilegiada”, ha manifestado el nuevo presidente brasileño.

En ese sentido, ha puntualizado que “la desigualdad entre ricos y pobres” queda también reflejada en los esfuerzos por reducir los estragos del cambio climático, recordando que “el 1 por ciento más rico de la población del planeta superará en 30 veces el límite de emisiones de dióxido de carbono”.

“No hay seguridad climática para el mundo sin una Amazonía protegida (…) La lucha contra el cambio climático tendrá el más alto perfil en la estructura de mi gobierno”, ha dicho Lula, quien ha prometido priorizar el combate contra la deforestación y dejar atrás “los delitos ambientales” del Ejecutivo anterior.

“Castigaremos estrictamente a los responsables de cualquier actividad ilícita, ya sea de prospección, minería, explotación forestal u ocupación agrícola indebida. Estos delitos afectan particularmente a los pueblos indígenas”, ha señalado Lula, quien a su vez ha adelantado la creación de un Ministerio de Pueblos Indígenas.

El fin es colocar a las comunidades indígenas en el centro de esta cuestión y hacerles beneficiarios de una política de crecimiento basada en la inclusión social “con la naturaleza como aliada estratégica, y ya no como un enemigo a abatir”.

“No podemos posponer más este debate. Necesitamos enfrentar la realidad de países que tienen amenazada la integridad física de sus territorios y seriamente comprometidas las condiciones de supervivencia de sus habitantes. Es tiempo de actuar”, ha concluido Lula su discurso.

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