El expresidente de Bolivia Evo Morales ha afirmado este viernes que los opositores a los movimientos sociales de la nación andina “se quedaron sin discurso”, después de que el exministro de Gobierno Arturo Murillo haya sido detenido en Estados Unidos por sobornos y blanqueo de capitales.
“Uno tras otro caen los responsables que tanto dolor, luto y daño económico causaron al pueblo”, ha agregado en un mensaje publicado a través de su cuenta en la red social Facebook, donde ha reiterado que “el golpe de Estado de 2019” sirvió para “robar y masacrar al pueblo”.
Del mismo modo, ha defendido que en Bolivia “no hay persecución política”, una referencia a la cantidad de cargos y funcionarios del gobierno de Jeanine Áñez que han sido detenidos y, en algunas ocasiones, encarcelados por diversos delitos desde que el Movimiento Al Socialismo (MAS) recuperó el poder en el país latinoamericano. En su lugar hay una “búsqueda para establecer la verdad y lograr justicia”, ha indicado, antes de remachar que “los golpistas saben que hicieron mucho daño a Bolivia”.
El Departamento de Justicia de Estados Unidos informó el miércoles de la detención del ‘número dos’ de Áñez por su presunta implicación en una red de sobornos y blanqueo de capitales. Puede ser condenado hasta a 20 años de prisión si es hallado culpable. Junto a Murillo ha sido detenido su ex jefe de gabinete, Sergio Rodrigo Méndez.
El Gobierno de Bolivia ya había adelantado que solicitará la extradición de Murillo, investigado en el país andino por presunta malversación por la compra con sobrecoste de material antidisturbios. En el mismo caso está imputado el ex ministro de Defensa de Áñez, Luis Fernando López, que salió de Bolivia tras la victoria de Luis Arce en las elecciones de octubre. Las autoridades bolivianas sospechan que está en Brasil.
Asimismo, la propia expresidenta está en prisión, acusada de sedición, terrorismo y conspiración por su rol en le marco de la crisis política de 2019.