“El hecho es que Alemania es el país más poblado y económicamente más fuerte de la UE. Alemania envía la mayoría de los parlamentarios al Parlamento de la UE (actualmente 96 de un total de 751 miembros). También en el Consejo, Alemania tiene el mayor número de votos (junto con Francia, Gran Bretaña e Italia), es decir, 29. También tiene mucha influencia en la Comisión. ¿Pero que pasara después de las elecciones en septiembre de 2021?”
¿Cómo llegó Alemania ahí? ¿En realidad es tan poderosa? Y lo más importante, ¿es la inercia del país? O ¿mutti/madame non (Angela Merkel) está relacionada con esto? En realidad, tiene de todo. Un poco de fantasía de los pueblos y leyendas germanas, recogidas a través del tiempo como hicieron los hermanos Grimm, sumado a esa obstinación Nietzcheana, con los análisis y las descripciones exhaustivas de Thomas Mann, y para saborizar, toda la potencia y tenacidad Wagneriana.
Alemania a través de su historia ha sido protagonista de resiliencia y recuperación encomiables. No son solo sus recuperaciones en menos de 20 años, de 2 guerras mundiales (aunque para la II Guerra Mundial, la dirección que tomaron no fue la mejor), sino la superación de su división durante casi todo el S. XX, haciendo de esa nación, un ejemplo para el mundo en términos de perseverancia.
No solo es su capacidad de trabajo o de liderazgo mundial, sino sus aportes en varios campos del conocimiento y las artes han sido claves en su desarrollo (y del planeta). Por ejemplo, la capacidad crítica (y posterior ruptura) que mostraron hacia la todopoderosa iglesia católica en 1517 con Martín Lutero, Goethe llevándonos de la caótica industrialización hacia la apacible campiña del medioevo, o grandes mentes como Fahrenheit, Von Humboldt, Riemann, Planck o el infaltable Einstein, dejándonos en el siguiente nivel de conocimiento. Todos ellos han sido constantes motores de su crecimiento, y sobre los cuales se cimenta la Alemania actual, la de la Mutti (madre en alemán), más conocida como Angela Merkel.
Los teutones se encuentran entre los tres primeros exportadores del mundo, tienen el crecimiento per cápita más alto del mundo desarrollado y un desempleo del 6,9%, a una distancia enorme de la media de la eurozona (11,7%). Es la economía más grande de Europa y la cuarta potencia económica mundial. La producción industrial representa un 22,9% del valor agregado bruto total (el mayor de los países del G7). Junto con China y Estados Unidos, es uno de los tres países que más exportan en la tierra.
No solo es lo económico, es lo político. A medida que el sistema cayó en varios desafíos y crisis, los líderes alemanes no solo fueron presionados por actores externos para mejorar su contribución. Reconocieron la necesidad de desempeñar un papel de liderazgo más fuerte, especialmente cuando otros actores permanecieron inactivos o fueron ineficientes.
Sin embargo, esa posición de liderazgo ha llevado al país a plantear “soluciones” a las crisis que han tenido los vecinos. El plan de rescate a Grecia propuesto por Merkel en Mayo de 2010 incluía: aumento del Impuesto al Valor Agregado del 13% al 23% en bares, restaurantes y sobre bienes suntuarios; recortes en el sector público por $770 millones de euros en 2011 y $600 en 2012, mediante la disminución de funcionarios, por jubilación o extinciones de contratos temporales; reducción de beneficios sociales que ascendían a $5.000 millones de euros; y aumento de las contribuciones a la seguridad social para atajar trabajos informales y sin declarar. Estos recortes buscaban “salvar” a la economía helénica.
No obstante, la posición de ventaja alemana se evidencia cuando el gobierno de Atenas acordó vender los derechos para operar 14 aeropuertos regionales a una compañía alemana, Fraport AG. Este convenio de $1.370 millones de dólares es el primero en una ola de privatizaciones que van de la mano del rescate. Cifras oficiales revelan que Alemania ahorró unos $110.000 de dólares millones en intereses desde 2010 gracias a la crisis griega.
A pesar de sus claros y oscuros, la capitana de todos los aciertos y pifias en la historia reciente de ese país, es Angela Merkel. La física de profesión, nacida en el este e hija política de Helmut Khol (artífice de la reunificación), ha sabido llevar el barco desde el 22 de noviembre de 2005. Son 16 años, 4 periodos, en los cuales ha tenido que lidiar con crisis económicas, olas migratorias, abandonos de la UE, enfrentamientos con Estados Unidos, invasiones fallidas y, sobre todo, demasiadas ocasiones en las cuales se ha visto ad-portas de abandonar el poder.
La imagen de la canciller se consolidó como la de una persona analítica. Para algunos, una virtud a la hora tomar medidas acertadas. Para otros, un lastre que la muestra como alguien poco resolutivo. Es tan fuerte esa idea, que su apellido llegó a ser utilizado en 2015 en la lengua coloquial como un verbo sinónimo de “demorar la toma de decisiones”.
Pero el tiempo ha demostrado su capacidad de análisis y de ver todos los escenarios posibles antes de una decisión. Para el sociólogo Ulrich Beck, quien falleció en 2015, el estilo menos conflictivo llevó a Merkel a la posición de máxima líder de Europa, pues maneja una forma de hacer política con vacilación, sin demostraciones innecesarias de fuerza ni conflictos directos, pero que, al final del día, logra sus objetivos. Pero dejando clara su posición en momentos clave, como cuando se tuvo que hacer la negociación con el Reino Unido para su salida de la UE.
El legado político de Merkel se fundamenta en 3 aspectos: potencialización de la economía alemana desde su Mittelstand (Pymes), búsqueda constante de la consolidación del bloque europeo (a pesar del Brexit), y una política (interna y externa) activa, no reactiva.
Las perspectivas para Deutschland en las próximas elecciones se presentan entre la coronacrisis, la crisis económica, la crisis de la UE, el desgaste de algunos partidos de la coalición de gobierno (SPU) y la latente amenaza del partido de extrema derecha, Alternativa para Alemania (AfD). Un escenario bastante complejo, donde solo alguien con la tenacidad de Mutti puede hacer que los germanos se mantengan en los primeros lugares.
Merkel nos deja con un halo de tristeza pues desde hace unos años se ha convertido en referente para la democracia, mesura y diplomacia del mundo. Muchos podremos o no estar de acuerdo con sus medidas, pero es de reconocer que su papel ha sido tan superlativo, que su sucesor tendrá una tarea titánica para mantener el legado y la altura de esta mujer.
Danke und viel Glück