La primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, ha anunciado este martes un nuevo confinamiento nacional de tres días tras la detección en Auckland del primer contagio local de coronavirus en casi seis meses.
Nueva Zelanda, que tiene unos cinco millones de habitantes, ha registrado apenas 2.570 casos de COVID-19 y 26 fallecidos durante toda la pandemia. El último caso comunitario confirmado data del 28 de febrero y, desde entonces, todos los positivos han correspondido a personas recién llegadas.
Sin embargo, el positivo de un hombre de 58 años en Auckland ha hecho que vuelvan a saltar todas las alarmas. La directora general de Salud, Ashley Bloomfield, ha explicado ante los medios que por ahora no se ha encontrado explicación a su contagio, que se habría producido el 12 de agosto, informa el ‘New Zealand Herald’.
Ante las dudas, el Gobierno neozelandés ha optado por la misma estrategia de dureza que tan buen resultado le ha dado en otras ocasiones. “Ya hemos visto las consecuencias de actuar demasiado tarde en otros países”, ha dicho Ardern, en una comparecencia pública en la que ha anunciado ante los medios y los ciudadanos las nuevas medidas.
La primera ministra, que teme la posible expansión de la variante delta, un “enemigo peligroso”, ha explicado que los neozelandeses deberán permanecer en sus casas desde la medianoche del martes al miércoles y durante tres días, con excepciones para actividades básicas. En Auckland, las medidas estarán en vigor al menos siete días.
El Gobierno también ha ordenado que se suspenda la campaña de vacunación durante dos días. Actualmente, el 40 por ciento de la población diana ya tiene al menos una dosis de la vacuna.
“Una de las peores cosas de la COVID-19 es la incertidumbre absoluta que crea, pero sabemos que esta estrategia funciona y sabemos que la vida se hace más fácil. Solo tenemos que aguantar”, ha subrayado la primera ministra.