El director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha señalado que “lo último que necesita un país es reabrir las escuelas y los negocios solo para cerrarlos de nuevo porque el virus resurge“, reseña una información de HuffPost publicada por Yahoo Noticias.
De esta manera el máximo experto mundial en temas de salud le enviaba un mensaje a Trump y otros ingeniosos mandatarios sobre imponer los intereses económicos sobre la salud pública.
Y es que abrir el país para el día de Pascua. O lo que es lo mismo, el próximo 12 de abril. Ese es el objetivo que se ha marcado el presidente de EEUU, Donald Trump que, pese a que la expansión del coronavirus en su territorio es ya el más alto de todo el planeta, considera que los estadounidenses deben regresar a sus trabajos en esa fecha.
Los casos de infectados por coronavirus crecen por miles día a día en EEUU, y hoy, prácticamente, sobrepasarán los 70.000, de acuerdo con el mapa de propagación de Johns Hopkins University, una de las más prestigiosas de ese país.
Su argumento, expuesto en la conservadora cadena Fox -la única a la que concede entrevistas-, es cuando menos desasosegante: si los ciudadanos no regresan a sus puestos, aunque el coronavirus campe a sus anchas por territorio estadounidense, “miles podrían suicidarse” por el deterioro de la economía.
La posición de Trump coincide con la del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, quien ha minimizado la amenaza del coronavirus llamándolo “gripecita”, limitando el confinamiento a ancianos y enfermos.
Así, el presidente aseguró que se puede ir a trabajar tomando medidas de distanciamiento social para prevenir los contagios. “Vamos a perder a más gente si llevamos al país a una recesión”, argumentó el presidente estadounidense.
Con información de nuestro aliado ElEconomistaAmerica.com
