Imagen de @AmbAsafZamir
El cónsul de Israel en Nueva York, Asaf Zamir, ha presentado este domingo su dimisión en protesta por la propuesta del Gobierno de aprobar la controvertida reforma del poder judicial, y después de que el primer ministro, Benjamin Netanyahu, cesase al ministro de Defensa.
“Los últimos 18 meses como cónsul general de Israel en Nueva York han sido satisfactorios y gratificantes, pero siguiendo los acontecimientos de hoy, ahora es el momento de unirme a la lucha por el futuro de Israel para garantizar que siga siendo un faro de democracia y libertad en el mundo”, ha indicado el cónsul a través de su perfil de Twitter.
Asaf ha indicado que “la situación política en Israel ha llegado a un punto crítico”, por lo que siente “una profunda sensación de responsabilidad y obligación moral de alzar la voz por lo que está bien y de luchar por los valores democráticos que defiende”.
En este sentido, el diplomático ha criticado la decisión del primer ministro de destituir al ministro de Defensa, Yoav Gallant, después de que este último abogara públicamente por pausar la tramitación de la polémica reforma judicial para dar margen al diálogo.
“La peligrosa decisión de hoy de cesar al ministro de Defensa me ha convencido de que no puedo seguir representando a este gobierno. Cada vez estoy más preocupado por las políticas del nuevo gabinete, en particular, de la reforma judicial que está liderando”, ha señalado en una carta.
Para el cónsul, esta reforma “mina los cimientos de nuestro sistema democrático y amenaza el estado de derecho de nuestro país”, según se puede leer en la misiva.
Netanyahu publicó este domingo un breve comunicado en el que anunciaba la marcha del ministro de Defensa explicando que había perdido su confianza porque “se ha puesto de espalda del Gobierno”.
Esta medida ha levantado las críticas de la oposición, ya que el líder Yair Lapid ha criticado al mandatario por destituir a Gallant “solo porque le advirtió de la amenaza que supone para la seguridad de Israel” su reforma judicial.
Además, el cese ha provocado nuevas manifestaciones antigubernamentales, ya que 600.000 personas han salido espontáneamente a las calles de las principales ciudades israelíes en protesta por la decisión. En Jerusalén, han comenzado a marchar desde la vivienda del jefe de Gobierno hacia el Parlamento israelí.