El ministro de Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, ha subrayado este viernes que cualquier cargamento militar entregado a Ucrania en el marco del conflicto desatado el 24 de febrero será considerado “un objetivo legítimo” por parte del Ejército ruso.
“Hemos dejado muy claro que cualquier cargamento que entre a Ucrania y que consideremos que porta armas será un objetivo legítimo una vez esté en territorio ucraniano”, ha señalado el ministro en una entrevista concedida a la cadena de televisión rusa RT.
Lavrov ha defendido además la exigencia de Moscú de “desnazificar” el país europeo y ha explicado que ello implica “la abolición de leyes que incitan la ideología y las prácticas nazis, pero también aquellas que discriminan a la población rusófona y los derechos de la misma”.
“Han sufrido una discriminación enorme en Ucrania, están muy ofendidos”, ha señalado, antes de incidir en que las autoridades ucranianas han abogado abiertamente por expulsar a la población rusa del país, tal y como ha recogido la agencia rusa de noticias TASS.
“La idea de expulsar a los rusos de Ucrania aún está en las mentes de los políticos de este país”, ha manifestado, al tiempo que ha recordado que el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, pidió en septiembre de 2021 a las personas que “piensan que son rusas o quieren ser rusas o amigas de Rusia, que se vayan a Rusia”.
Por otra parte, ha reiterado que el Ejército ucraniano se preparaba para lanzar una gran ofensiva militar contra las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk antes de la invasión. “Tras haber fracasado a la hora de aplicar los Acuerdos de Minsk, prepararon un ‘plan B'”, ha dicho.
“Estaban hablando de capturar los territorios perdidos con un derramamiento de sangre monstruoso, un aumento de lo que habían estado haciendo a la población civil durante ocho años”, ha indicado, antes de subrayar que el Ejército ruso y las autoridades de Donetsk y Lugansk obtuvieron documentos oficiales ucranianos sobre los preparativos de la ofensiva.
Lavrov ha destacado además que las relaciones entre Rusia y Ucrania volverán a la normalidad de forma gradual una vez se alcance un acuerdo de paz y ha argüido que existe “una cultura, una historia, una visión, unas tradiciones y una sociedad común”. “Espero que, cuando termine esta situación anómala, todo vuelva a su curso anterior”, ha afirmado.
“Será gradual, no será algo rápido”, ha explicado, antes de subrayar la necesidad de acabar con “el legado negativo” de los “esfuerzos europeos” para lograr que Ucrania sea “antirrusa”. “Esto ha arraigado en la mentalidad ucraniana, especialmente en la generación nacida tras el colapso de la Unión Soviética”, ha dicho.
En esta línea, ha argumentado que la guerra en Ucrania es una muestra de la postura occidental para marginar a Rusia a nivel internacional y “poner fin a su desarrollo”. “Buscan reducir a cero el papel de Rusia a nivel político, económico, deportivo, artístico, comercial, científico y educativo”, ha denunciado.
“Una de las tendencias fundamentales es el deseo de Estados Unidos, más pronunciado últimamente, de llevar el mundo de vuelta a un orden unipolar”, ha puntualizado, al tiempo que ha indicado que las autoridades trabajan para reducir el impacto de las sanciones impuestas por los países occidentales, según ha recogido la agencia rusa de noticias Interfax.
“Debe decirse que las sanciones siempre nos han fortalecido”, ha manifestado. “La ilusión de que podíamos contar con los socios occidentales ha quedado totalmente destruida. Sólo podemos contar con nosotros mismos y los aliados que siguen de nuestro lado”, ha zanjado.