La táctica militar de Tierra quemada no es nueva ni muchos menos. Consiste en destruir absolutamente todo, material y humano, que pueda ser de utilidad al enemigo cuando una fuerza avanza a través de un territorio, o bien cuando las tropas se retiran de él, como en este caso en Ucrania las Z rusas.
Historiadores ya indicaron que ya se usaba desde la etapa de los persas, pasando por los musulmanes en la conquista de la península ibérica, el propio Napoleón Bonaparte, o más recientemente los nazis o los propios soviéticos en la II Guerra Mundial. No es nuevo. Pero ¿por qué Vladimir Putin y su Estado Mayor lo están desarrollando en este conflicto?
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Aclarar que no es nuevo tampoco para los rusos en los tiempos modernos. Prensa y Organizacionez de derechos humanos ya denunciaron estas prácticas durante la guerra de Chechenia, en 1994. cuentan estos días cómo la misma estrategia de destrucción y tierra quemada de las tropas rusas perpetrada en la pequeña república que se atrevió a proclamar su independencia tras el fin de la era soviética están repitiéndose ahora en la invasión de Ucrania. Largas columnas de tanques y vehículos blindados entraron en Grozni, la capital, pero la aguerrida defensa de las unidades chechenas -que contaban con el apoyo total de su población- logró frenar el avance enemigo.
Grozni, oscuro precedente
Sin embargo, aquella aparente victoria era un espejismo. Al cabo de tres meses, Grozni quedó reducida a escombros. Moscú envió refuerzos y sometió la ciudad a intensos bombardeos desde el cielo y con artillería sin distinguir objetivos militares y civiles. Cuando las unidades rusas se encontraban con una mayor resistencia se recurría al lanzamiento de bombas de racimo e incluso al uso de armas termobáricas, capaces de llevar la onda expansiva al interior de los búnkeres subterráneos refugio de cientos de civiles.
Años más tarde, en la guerra de Siria practicaron una estrategia similar. Ataques aéreos con bombarderos TU-22M Backfire pulverizaron en unos meses la próspera ciudad siria de Alepo, que quedó reducida a cenizas tras los bombardeos rusos inducidos por el régimen de Bachar al Asad, aliado de Vladimir Putin. La ofensiva rusa indiscriminada, en la que murieron cientos de civiles, acabó con la insurgencia yihadista y la derrota militar de Estados Unidos.
En seis semanas de guerra en Ucrania, Rusia ha atacado decenas de instalaciones militares, pero también extensas zonas urbanas en ciudades como Mariupol, Irpin, Bucha y Jarkov. Los rusos han destruido muchos objetivos, pero su objetivo principal son las personas. El terror es un componente importante de la estrategia militar rusa. De hecho, se está librando una guerra total para destruir Ucrania.
La matanza de Bucha, la ciudad cercana a Kiev donde más de 400 civiles fueron ejecutados por soldados rusos antes de su retirada, ha generado una gran ola de indignación en todo el mundo. Para el analista ucraniano Mykola Bieloskov, lo sucedido en esta localidad no tiene un sentido de estratégico. “Muchas cosas que los rusos han hecho no tienen ningún propósito militar, incluido el uso indiscriminado de fuego contra objetivos civiles y el asesinato masivo de personal no militar”, informa a agencias internacionales.
Ciudades objetivo
Una vez tomado el control de las ciudades objetivo, los ocupantes silencian los restos de oposición civiles. En Grozni trataron de ganarse el apoyo de la gente. En Mariupol quieren lograr la lealtad o al menos la obediencia de la mayoría de la población a través de medidas punitivas represivas. Esto es extremadamente importante, porque de lo contrario será imposible convencer a la comunidad internacional de que los ciudadanos locales quieren celebran un referéndum de autodeterminación en el futuro, como sucedió en Crimea tras la anexión en 2014, donde Moscú organizó una votación en la que los locales apoyaron su integración a Rusia.
El arresto y la desaparición de autoridades locales y de periodistas es parte del método. El asesinato de la alcaldesa de Motiyin, una localidad cerca de Kiev, de su esposo y su hijo -todos muertos y enterrados en una tumba en una zona urbana- se encuadra en los brutales métodos para silenciar y atemorizar a la población.
Factor diferenciador al pasado
Ahora bien, ni las tropas de Chechenia ni los insurgentes sirios tenían la capacidad militar que posee el gobierno ucraniano con sistemas antiaéreos capaces de derribar aviones de combate rusos y grandes cantidades de armamento suministrado por Estados Unidos, Alemania, España y otros países de la UE.
Las tropas de Chechenia y los insurgentes sirios carecían de la capacidad militar que posee el gobierno ucraniano con sistemas antiaéreos capaces de derribar aviones de combate rusos y grandes cantidades de armamento suministrado por Estados Unidos, Alemania, España y otros países de la UE. Aunque la guerra parece que se desplaza hacia el oriente del país, otros expertos militares y políticos en Europa y Estados Unidos no descartan que Moscú vuelva a lanzar una ofensiva a gran escala sobre Kiev en los próximos días o semanas.