El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado este domingo que el líder de la organización yihadista Estado Islámico, Abú Bakr Al Baghdadi, ha muerto durante una operación ejecutada el sábado por las fuerzas especiales del Ejército norteamericano en la localidad siria de Barisha, en la provincia de Idlib, cerca de la frontera con Turquía.
“Abú Bakr Al Baghdadi está muerto”, ha declarado el presidente estadounidense.
Al Baghdadi se inmoló con un chaleco explosivo durante el asalto, ejecutado en conjunto por entre 50 y 70 efectivos de la Fuerza Delta y los Rangers del Ejército de Estados Unidos, contra el complejo residencial en el que se encontraba, a menos de cinco kilómetros de la frontera con Turquía. El complejo fue destruido posteriormente por las fuerzas aéreas para impedir que se convirtiera en “un mausoleo para los simpatizantes del yihadismo”.
En la operación también han participado seis helicópteros de combate que partieron desde Erbil, la capital de la región del Kurdistán iraquí.
Los operativos estadounidenses identificaron con éxito el rostro de Al Baghdadi, que no resultó alcanzado por la explosión del chaleco, de acuerdo con las fuentes militares norteamericanas. Para terminar de verificar la identidad del líder terrorista se emplearán pruebas de ADN cuyos resultados se conocerán en un plazo de 24 horas.
La operación no ha dejado bajas entre las filas estadounidenses, según han confirmado en principio fuentes del Departamento de Defensa de EEUU, también a la cadena Fox News.
El apogeo de Estado Islámico
Al Baghdadi, de nacionalidad iraquí, ha liderado Estado Islámico desde 2010, cuando la agrupación terrorista aún era una rama clandestina de Al Qaeda en Irak. Durante mucho tiempo se pensó que se escondía en algún lugar a lo largo de la frontera entre Irak y Siria.
En el apogeo de su poder, Estado Islámico estuvo al mando de un territorio que se extiende desde el norte de Siria, a través de ciudades y pueblos a lo largo de los valles del Tigris y el Éufrates, hasta las afueras de Bagdad, la capital iraquí. No obstante, la caída en 2017 de Mosul y Raqqa, las fortalezas del grupo terrorista en Irak y Siria, respectivamente, despojó a Al Baghdadi de su poder y lo convirtió en un fugitivo.
Los ataques aéreos llevados a cabo por Estados Unidos mataron a la mayoría de los principales lugartenientes de Estado Islámico y, antes de que publicara en abril un mensaje de vídeo en el que aparece el líder terrorista, hubo informes contradictorios sobre si estaba vivo o no.
No obstante, a pesar de perder su último territorio significativo, se cree que Estado Islámico tiene células durmientes en todo el mundo, y algunos combatientes operan desde las sombras en el desierto de Siria y en diversas ciudades iraquíes.