Miles de ciudadanos en Bogotá y varias ciudades del país se pronunciaron al cierre de la jornada de protesta contra el Gobierno de Iván Duque, en forma espontánea, esta vez con el sonido de las cacerolas.
Por primera vez en la historia de Bogotá, el cacerolazo se hizo sentir de manera generalizada en localidades como Teusaquillo, Suba, Chapinero, Kennedy, Engativa, Fontibón, Barrios Unidos, etc., sin que mediara alguna convocatoria, lo importante era el deseo de hacer sentir su inconformismo.
En 19 de las 20 localidades de Bogotá, los ciudadanos sentaron su voz de inconformismo con el Gobierno Central, saliendo de sus casas en sudaderas, pijamas, pantalonetas y ropa casual para unirse al paro, demostrando además su descontento con quienes vandalizaron la protesta que de manera pacífica se realizaba durante el día en la Plaza de Bolívar con violencia y desmanes.
En la manifestación nocturna no solo se podían observar jóvenes, sino además señoras amas de casas que con sus esposos e hijos menores de edad salieron a las calles no solo con utensilios de cocina, sino además con pítos, trompetas e instrumentos de percusión para decirle al Gobierno Nacional que debe escucharles.