Uno de los personajes en la política bogotana que a pesar de ser nuevo se ha hecho notar, al punto en que es difícil no tener en cuenta sus puntos de vistas sobre los temas que se discuten para el manejo político y administrativo de la capital del país es el concejal Carlos Alberto Carrillo, quien se ha caracterizado por ser una voz que con argumentos le dice No a la alcaldesa de Bogotá en prácticamente todo cuanto propone.
Sus intervenciones en las comisiones y las plenarias del Concejo de Bogotá son bastante fuertes y duras, porque siempre ataca los malos hábitos políticos y dice lo que piensa sin ningún titubeo a pesar de pertenecer a uno de los partidos que apoyó la llegada de Claudia López a la Alcaldía, campaña que no apoyó por lo que siente la libertad total de opinar sin atadura alguna.
Su familia la conforman dos gatos que le acompañan día y noche en su casa. Sus padres fallecieron cuando era muy pequeño por lo que crece al lado de su abuela en la localidad de Engativá en el barrio Alamos.
Es una persona que trata de conservar sus buenos amigos, le gusta rodearse de personas con buena energía. No tiene claro si buscará la reelección en el Concejo de Bogotá aunque asegura que le gustaría buscar un cargo en el Ejecutivo en donde pueda promover cambios, porque según él, “en el cabildo distrital no es posible hacerlos. Se puede hacer contrapoder, no más”.
Su extensa barba ha sido motivo de burlas y de ataques estigmatizantes, sin embargo, Carlos no le presta atención a este asunto porque como bien lo admite, “le da pereza afeitarse”.
A Carlos Alberto Carrillo, un concejal de Bogotá de tan solo 38 años de edad no le da ni pena ni vergüenza decir que es un político, porque considera que el ejercer esta actividad y querer mostrarse como el antipolítico es una actitud ‘hipócrita’ que no está dispuesto asumir.
Este Diseñador Industrial egresado de la de la Universidad Nacional con Maestría en Arte y diseño de la Universidad de Donghua – Shanghái, tomó la decisión de ser político, sin tener una idea clara de cómo realizar una actividad que en Colombia está desprestigiada por las malas prácticas de quienes se aprovechan de sus cargos en el Estado para llenarse los bolsillos de dinero. Un día tomó la decisión de iniciar esta labor desde el activismo ciudadano y desde las redes.
Vivió durante una década en el exterior, primero en Inglaterra y luego en China donde estuvo durante 6 años. Al regresar a Colombia coincidió con la segunda llegada de Enrique Peñalosa a la Alcaldía de Bogotá, decidió entonces crear un blog en donde opinaba comenzando a ganar visibilidad, hecho que todavía le sorprende por la forma tan rápida como este espacio se fue consolidando.
Su corazón siempre ha estado con el Polo Democrático Alternativo, por eso su aval para llegar al Concejo de Bogotá es de este partido y su político de inspiración es el exmagistrado Carlos Gaviria. En el 2018 le propusieron aspirar a la Cámara de Representantes por la lista de Decentes, pero no la aceptó a pesar de que había posibilidades de ganar la curul. Fue de los que apoyó la revocatoria del exalcalde Enrique Peñalosa.
Lo que más le atrae del Polo Democrático es que un partido que según él “no tiene dueño”, y recuerda que en el estuvieron Gustavo Petro, Jorge Robledo, Camilo Romero, Clara López, etc., y este sigue vigente.
A pesar de que Carlos Carrillo tiene la fama de ser el concejal que nada le gusta y a todo dice No, tiene buenas relaciones con la mayoría de sus colegas, porque según él, “en el ejercicio permanente dentro de una corporación, uno tiene compañeros de trabajos con los que seguramente nunca va a solucionar sus diferencias políticas pero hay una convivencia permanente”.
Esta “convivencia permanente” como la llama, es motivada por las sesiones en el cabildo distrital, que son de lunes a domingo, dinámica que no comparte porque para él, “el trabajo de un concejal no es estar ahí sentado, “debemos preparar las intervenciones, investigar los temas, escuchar a las comunidades, que son cosas que demandan tiempo”.
El que Carrillo tenga buenas relaciones con la mayoría de sus colegas, no significa que no falten los compañeros con los que se tienen fuertes confrontaciones y en este caso estas se presentan con los concejales Julián Rodríguez Sastoque y Diego Laserna.
Viajó a China becado por el Consejo Chino de Becas y reconoce que en un comienzo le costó acostumbrarse a una cultura muy diferente a la colombiana que habita en un país geográficamente muy grande, pero logró adaptarse y aprender sobre su historia, política, economía, etc.
Confiesa que si en un futuro no muy lejano alguien le propone competir por la Alcaldía de Bogotá, sin pensarlo dos veces lo aceptaría porque considera que la ciudad requiere cambios significativos en su manejo, que le hagan pensar más allá de un TransMilenio y un Metro.
Por el momento está dedicado a revisar con ojo de lupa las discusiones que se dan en el Concejo, lo mismo que la labor de la alcaldesa Claudia López, no con el ánimo de llevar la contraria como muchos piensan, sino para examinar cada detalle y así alertar los errores para evitarles males a los bogotanos.