El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) ha avisado este miércoles de que la pandemia de coronavirus ha agravado durante 2020 los cinco conflictos armados no internacionales que enfrenta Colombia y ha demandado al Gobierno impulsar la vacunación en los territorios más afectados por la violencia.
En la presentación de su balance del último ejercicio en el país latinoamericano, titulado ‘Retos humanitarios 2021’, el jefe de la delegación del CICR en Colombia, Lorenzo Caraffi, ha precisado que se han registrado “nuevas desapariciones, víctimas de artefactos explosivos, ataques contra la misiones médicas, amenazas, homicidios, violencia sexual, reclutamiento y uso de menores, así como múltiples abusos contra la población”.
La pandemia ha hecho que las comunidades que viven en zonas afectadas por los conflictos, de los que forman parte el Ejército de Liberación Nacional (ELN), el Ejército Popular de Liberación (EL), las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), además de disidentes de la disuelta guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), hayan quedado “sumidas en un miedo aún mayor al que ya vivían”.
“No solo por la presencia del virus, sino por lo que complica verse desprotegidas en medio de conflictos armados que parecieran empeorar a medida que pasan los meses”, ha incidido el comité.
Y es que las consecuencias humanitarias de los cinco conflictos armados que reconoce el CICR se han incrementado en 2020, un año que ha dejado 389 víctimas de artefactos explosivos, la cifra más alta de los últimos cuatro ejercicios, según el balance de la organización.
“Los accidentes ocurrieron en 69 municipios del país, en 41 de ellos no se habían registrado incidentes en 2019, lo que indica que el fenómeno se ha extendido a zonas donde se pensaba que la problemática era un hecho del pasado”, ha puntualizado.
Asimismo, 21.307 personas han sufrido desplazamientos forzados y 28.123 han quedado confinadas en sus territorios por minas antipersona, amenazas y enfrentamientos entre grupos armados.
Según el CICR, solo en el departamento de Nariño hubo una media de un desplazamiento masivo –de más de diez personas– cada once días. Antioquia, Cauca, Norte de Santander o Chocó han sido otros de los departamentos colombianos más afectados.
El aislamiento de las comunidades ha provocado así que quedasen a disposición de los grupos armados, siendo víctimas “de amenazas y homicidios”, como ha denunciado la organización.
Por otro lado, ha calculado en 353 los ataques a misiones médicas a lo largo de 2020, la cifra “más alta que se ha registrado en los últimos 24 años”.
Una desaparición cada tres días
Respecto a las desapariciones, el CICR ha lamentado el registro de 571 “relacionadas con la violencia y el conflicto”. “Documentamos un caso cada tres días”, ha subrayado la organización, que ha recordado que la pandemia ha impedido las búsquedas.
Asimismo, ha señalado a los departamentos de Arauca, Nariño, Norte de Santander, Cauca, Chocó y Antioquia como los más afectados en este aspecto.
Por otra parte, el CICR ha recomendado a Colombia que ponga en marcha una política penitenciaria que abogue por los derechos y dignidad de los encarcelados y que se regule el uso de la fuerza por parte de las autoridades y ha demandado la puesta en marcha de un Estatuto de Protección Temporal para Migrantes Venezolanos.
Asimismo, Caraffi ha apelado a que “las poblaciones más vulnerables tengan acceso a la vacunación” contra el coronavirus. “Estamos hablando, por ejemplo, de poblaciones en zonas afectadas por el conflicto armado y la violencia, personas con discapacidad, migrantes y personas detenidas”, ha añadido.