La ministra de Exteriores de Colombia, Claudia Blum, ha dimitido este jueves de su cargo, en una renuncia de la que no han trascendido detalles y que coincide con una etapa de especial tensión política por las protestas antigubernamentales que sacuden el país latinoamericano desde hace más de dos semanas.
La exministra ha presentado una carta de renuncia “irrevocable” al presidente Iván Duque y, desde ahora, queda al cargo de la cartera de exteriores colombiana de forma temporal, la viceministra de Exteriores, Adriana Mejía.
“Le ratifico mi admiración y apoyo” ha expresado Blum a Duque en su carta de renuncia. “Estoy segura de que, bajo su liderazgo, el país continuará en la senda del desarrollo sostenible, en la recuperación social y económica frente a los efectos de la pandemia, y en la consolidación de los consensos que ratifiquen la unidad y la fortaleza de nuestra Nación”, ha añadido.
Las razones de la renuncia aún no están confirmadas y desde el fin de semana pasado se rumoreaba con su salida. Medios locales apuntan a desavenencias con la viceministra y a las duras críticas de la oposición ante su gestión.
Las luces y sombras de su gestión
Claudia Blum duró en el cargo un año y cuatro meses y su llegada a la entidad que lidera la diplomacia colombiana fue precedida por el escándalo que se desató por una explosiva conversación que sostuvo con el embajador de Colombia en Washington, Francisco Santos, donde éste criticaba duramente al excanciller Carlos Holmes Trujillo y al entonces gobierno de Donald Trump.
La saliente canciller afrontó fuertes reacciones, hace pocas semanas, al pedirle al Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas que el surgimiento de disidencias se considerara un incumplimiento al acuerdo de paz . El partido Comunes, que surgió tras la desmovilización de las Farc, consideró el pronunciamiento de Blum como carente de toda lógica y peligroso para la integridad de los excombatientes.
Además, el Gobierno de Colombia ha recibido denuncias de la comunidad internacional sobre el uso excesivo de la violencia de la Policía en las protestas, mientras que, por su parte, Blum ha defendido un diálogo permanente con el exterior “para ratificar al mundo que Colombia es un Estado de Derecho, con instituciones democráticas sólidas, separación de poderes y órganos de control independientes”.
Esta renuncia supone la segunda salida del Ejecutivo del presidente Iván Duque tras la del ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, la semana pasada, a consecuencia de las protestas. Y se prevé que en las próximas habrá nuevos cambios.