Muchas personas que son diagnosticadas desconocen de la función de la insulina cuando les prescriben el tratamiento. Esta hormona es la encargada de que la glucosa absorbida por el cuerpo sea regulada y de esta manera evitar el avance de dicha enfermedad. No obstante, es conocido como contraindicación que ingerir insulina está relacionado con el aumento de peso.
Una de las razones principales de que la insulina genere aumento de peso es que la hormona hace que el azúcar entre en las células. Es así como se disminuyen sus niveles en la sangre, que es lo necesario para combatir la diabetes. La cuestión es que la glucosa que se queda en las células generalmente se convierte en grasa y esto hace que las personas tiendan a subir de peso.
Esto también sucede con personas que no padecen de diabetes, pues si ingieren más calorías de las que necesitan, es probable que la glucosa vaya a las células y se convierta en grasa. En ocasiones es peligroso que un paciente disminuya la dosis de insulina recetada con la excusa de que es la causante del aumento de peso y eso podría desembocar en complicaciones con la diabetes.
Para contrarrestar este fenómeno en los pacientes que sufren esta enfermedad hay varias acciones concretas con el fin de que se disminuya de manera progresiva el exceso de peso entre quienes consumen la insulina como tratamiento. A continuación, presentamos dos aspectos cruciales para ello.
Alimentación
Algo clave para regular el sobrepeso en los pacientes de diabetes es no saltarse las comidas. Hacerlo genera que la sensación de hambre crezca y la preferencia por opciones menos saludables para el paciente crezca debido a la necesidad de urgencia del cuerpo. Por eso es necesario respetar los horarios y las comidas básicas del desayuno, almuerzo y cena.
Unido a lo anterior también es importante hacerle un seguimiento detallado a la ingesta de calorías. Cada persona, dependiendo su actividad, necesita cierto número de calorías y si lo supera se genera sobrepeso. Lo recomendable es importar a los hábitos alimenticios la ingesta de frutas, cereales integrales o verduras.
Para lo anterior es necesario consultar con el médico cuál es la dieta idónea a seguir mientras se toma insulina. La reducción de porciones de comida con respecto a las acostumbradas antes de usar la hormona también es importante en este proceso.
Actividad física
Siempre es importante mantener una rutina de actividad física para cualquier persona, pero en especial para los pacientes de diabetes. Normalmente, se recomienda crear rutinas aeróbicas intensas de 30 minutos diarios, o distribuir 150 minutos de actividad física a la semana. Aunado a lo anterior también es importante crear una rutina de fuerza para que el sistema muscular se mantenga saludable.
Para invertir los 30 minutos de actividad física no es necesario ir al gimnasio o exponerse a rutinas muy extremas. Acciones como caminar, trotar, bailar, nadar o andar en bicicleta son actividades válidas. El ejercicio hace que el nivel de glucosa disminuya mientras se realiza la actividad física, por ende el paciente podría necesitar menos dosis de insulina.
Para el control de la alimentación es posible que cada consumidor de insulina descargue una aplicación especializada para medir las calorías de los alimentos que va a ingerir. También es recomendable tener un asesoramiento de un nutricionista. Lo mismo sucede con la actividad física, pues así como hay decenas de aplicaciones para hacer ejercicio, también es válido si se consulta con un entrenador para establecer una rutina detallada.
Por último, es importante que el paciente respete la dosis de insulina que se prescribe. Disminuirla puede conllevar a que haya más complicaciones con la diabetes, pero aumentarla tiene la contraindicación del aumento de peso. Sin embargo, lo más importante es mantener una estrecha relación con el médico encargado del tratamiento y estar constantemente informado sobre el tratamiento de la enfermedad y el uso óptimo de la insulina.
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