Varios exguerrilleros de las antiguas Fuerzas Revolucionarias Armadas de Colombia (FARC) han reconocido su responsabilidad en la masacre de Bojayá, que tuvo lugar el 2 de mayo de 2002 y en la que murieron 117 personas.
Los antiguos miembros de la extinta guerrilla Fancy María Orrego, Luis Oscar Úsuga Restrepo, José Ignacio Sánchez Ramírez, Vianey de Jesús Hernández, Pedro Baracutao García Ospina y Nelson Elías Benites Urrego han dado su versión sobre lo ocurrido aquel día durante una vista ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP).
Todos ellos formaban parte del Frente 34 del Bloque José María Córdoba de las FARC, que operó desde 1987 en Urabá, según informaciones de la emisora Radio Caraco. Además, han admitido su responsabilidad en diferentes actos guerrilleros y asesinatos.
En este sentido, han reconocido la autoría por parte del grupo de la toma de Uramita, en el departamento de Antioquia, que tuvo lugar el 8 de junio de 1991 y en la que fueron secuestrados varios miembros de las fuerzas colombianas.
Asimismo, han reconocido su participación en la organización y ejecución de ataques y hostigamientos a las Fuerzas Militares, entre las que se encuentra una emboscada realizada en la vereda Tacidó, de Mutatá, en 1999.
Entre los hechos reconocidos también están las tomas guerrilleras a los puestos de Policía de poblaciones como Santa María la Antigua del Darién (1987), Balboa (1989), y Acandí, en Chocó (1993); y San Pedro de Urabá, en Antioquia (1994), entre otros ataques.
La antigua guerrilla ha pedido perdón en varias ocasiones por esta matanza, incluso durante las negociaciones para alcanzar un acuerdo de paz entre las FARC y el Gobierno, que se materializaron finalmente en 2016.
La matanza de Bojayá se produjo cuando los guerrilleros de las FARC lanzaron un cilindro bomba que cayó sobre una iglesia donde se refugiaban centenares de civiles, lo que dejó al menos 117 muertos , entre ellos 47 niños