Confidencial Colombia. Corría el año 2010 cuando la oficina de Patrimonio cultural de la alcaldía de Bogotá, durante el periodo de Samuel Moreno, contactó con un grupo hispano-colombiano que se dedicaba a realizar exposiciones itinerantes de diseño, Zona D o Zona Diseño. Tras la exitosa irrupción de Zona D en Colombia, con la presencia de la diseñadora internacional Agatha Ruiz de la Prada, desde la alcaldía se pensó que era un momento ideal para sacar del cajón del olvidó una joya auténtica que tiene la ciudad, el Monumento a los Héroes de la calle 80.
En el interior de esa construcción de piedra alberga un tesoro. Ni más ni menos que 600 metros cuadrados de construcción diáfana y seis niveles que ocupan todo el alto del monumento. Monumento que se construyó en los 50’s durante el mandato de Rojas Pinillas, bajo la dirección del arquitecto italiano Angiolo Mazzoni, con el fin de crear un espacio dedicado al ejército y a las glorias de los militares colombianos, especialmente en el periodo de la independencia. El Museo nunca llegó a despegar y poco a poco se fue apagando ante el olvido de las cientos de miles de personas que pasan por delante todos los días.
En 2011, gracias a la iniciativa público-privada, y después de 6 meses de rehabilitación y 500 millones de pesos invertidos por la iniciativa privada (cero pesos públicos), el espacio volvió a reabrir sus puertas durante 10 días. Evento que resultó un éxito de público y critica y que estuvo apadrinado por el diseñador colombiano Alberto Mantilla, posiblemente uno de los diseñadores industriales más prestigiosos que tiene Colombia en el mundo y residente en Estados Unidos hace décadas.
Al finalizar el evento, la alcaldía, por entonces alcaldesa encargada Clara López, decidió volver a cerrar el espacio en búsqueda de darle una salida cultural al sitio, ubicado en uno de los ejes fundamentales de la capital. 10 años después, no pasó nada a pesar de que hubo decenas de ofrecimientos para reabrir el espacio y convertirlo en un centro cultural y de exposiciones por parte de iniciativas privadas. Nuevamente, el museo cayó en olvido hasta que en estos meses fue centro de reunión de cientos de jóvenes para protestar durante las marchas de mayo y junio.
Lo que pasó ayer con la demolición ya todo es historia. Una historia de ineficacia, de dejadez y de falta de voluntad política por parte de todas las administraciones distritales y del Gobierno Nacional. En el mejor de los casos, el Metro pasará por allí en unos años, aunque claro, también llevan prometiendo metro en Bogotá desde hace 5 décadas y a día de hoy nada de nada. Una vergüenza nacional.
Puede ver los tesoros escondido de Héroes en estas imágenes.
imágenes del antes y el después de la intervención en 2010, en la que se recuperó parcialmente el monumento.