En una casa de madera que vigila las montañas de la cordillera andina vive Hernán Abello, un campesino con una sonrisa generosa con la esperanza de que Mocoa deje de generar lástima y se convierta en ejemplo de transformación para el país. Él cuenta con la ayuda de su socio Floriberto Bravo, quien se encarga de las labores de campesinado. Así como la vivienda de ambos custodia los macizos del Putumayo, su caballo custodia su terreno y es su acompañante predilecto para las jornadas diarias que desarrolla.
“Como campesino, la mujer de uno se levanta a las 4 a hacer el desayuno y uno a las 5:30 para coger el machetico y a las 7 se va uno al trabajo hasta mediodía para el almuerzo y otra vez hasta las 4”, señala Bravo.
Antes de ingresar a dicho territorio, Floriberto señala que solamente había potrero porque era una zona ganadera. “Me fui acomodando, hice mi huertico, mi cebolla, café y verduras para comer mi familia y yo…Con el tiempo mi mujer se enfermó, los hijos quisieron estudio, me quedé solo con mi señora, se enfermó de la mente y me tocó más duro. Por la enfermedad de mi señora tocó dejar un poco esto”, explica.
Hernán cuenta con un restaurante en Montclar que se abastece de la huerta que tiene en asociación con Floriberto. Señala que la llegada de Libero Cobre le ha beneficiado para atender empleados y visitantes interesados en el Proyecto Mocoa. La propuesta de los campesinos es que la compañía ayude a financiar una huerta de amplia magnitud para abastecer el restaurante y hacerlo un negocio sostenible.
Ambos son un ejemplo de la economía circular que se pretende implantar la empresa minera en armonía con el medioambiente. Por ahora, solamente le han arrendado un espacio para el campamento en el que se hace el aprovechamiento del recurso hídrico. Precisamente, el servicio de agua que llega a los putumayenses es una de las quejas más recurrentes entre los pobladores.
“El agua es de baja calidad. A raíz de la avalancha que generó la tragedia en Mocoa donaron una cantidad de dinero considerable y de ahí sacaron para hacer un acueducto, pero volvieron e hicieron las mismas cosas que estaban mal; así que nos quedamos sin agua si llueve”, señala Abello.
Cualquier lluvia fuerte en Putumayo paradójicamente deja sin agua a los pobladores. Esto se da porque el sistema de acueducto se da por intermedio de un sistema de bocatomas. Cuando llueve se genera turbiedad en los ríos de donde se extrae el agua para los hogares y las bocatomas se taponan impidiendo que pase el agua a las tuberías. Antes de la avalancha existía este sistema y con la reconstrucción de Mocoa, optaron por lo mismo, sin que la comunidad tuviera una solución real del problema.
Minería con enfoque ambiental
Consciente de esta problemática, Libero Cobre proyectó su exploración en torno al cuidado hídrico. Una vez que consiguieron los permisos de los propietarios de los predios para la exploración, construyeron la plataforma de 10 x 10 metros para la máquina de perforación que funciona con el aprovechamiento de aguas lluvias. Estas son captadas por medio de un sistema de canalización y el recurso hídrico recircula en las labores de exploración del subsuelo.
Sin explosivos, uso de mercurio o cianuro, Libero Cobre lleva a cabo su exploración únicamente con arcillas naturales como la bentonita. Además, establecieron 16 estaciones de monitoreo del recurso hídrico. Los resultados son valorados en laboratorios externos acreditados por el IDEAM.
En estas estaciones se mide el caudal, nivel de oxígeno, ph y turbiedad del agua en una línea base. El monitoreo se hace para tener en cuenta el estado del recurso hídrico antes, durante y después de la exploración. La comunidad también hace parte de este proceso gracias a capacitaciones que ha brindado el SENA sumado a otras entidades que están al tanto de las actividades de la compañía minera.
“Estamos buscando información de la empresa. Sabemos que en este momento la empresa está haciendo la exploración. En esta fase los impactos son mínimos y en cuanto a la parte ambiental vamos a ir a ver, vamos a enterarnos, hacer la inspección ocular, mirar qué tanto impacto pueden generar estas actividades, qué tan sensibles son estos ecosistemas que tenemos acá y después con relación a eso vamos a emitir un concepto técnico para que todas las entidades estén enteradas”, afirma Deisy Paz, ingeniera ambiental que integra la comisión de veeduría ciudadana que se le hace a la compañía.
La profesional explica que en caso de que Libero Cobre se salga del marco establecido por la ley para llevar a cabo su exploración, notificarían a Corpoamazonía y demás entidades competentes para que realicen la verificación.
Economía circular
Previo a la tragedia natural de 2017 en Mocoa, la comunidad de Putumayo sufrió uno de los golpes a su economía más grande con los esquemas de pirámides, en especial con DMG. El departamento fue uno de los más damnificados y centenares de campesinos dejaron sus ahorros y propiedades en manos de estas compañías que terminaron estafándoles.
A lo anterior se suma que Mocoa, fue –detrás de Arauca- la segunda ciudad con la tasa más alta de desempleo el año pasado con un 24,3 %. En Mocoa la comunidad afirma que la única posibilidad de obtener empleo es contando con un “padrino” en alguna entidad pública, porque de lo contrario hay pocas posibilidades de ingresar al mundo laboral de manera formal.
En torno a Líbero Cobre se han fortalecido dos emprendimientos. El primero es el de Cuarán Vélez, un zapatero que ahora se encarga de fabricar las botas de dotación de los empleados de la compañía. “Me dijeron: ‘Vamos a necesitar unas botas con estas condiciones’ y yo nunca lo había hecho por las exigencias de hacer una bota industrial. Empecé a investigar y lo hice. El primer pedido fueron 64 pares de botas, luego 100 y después 200”, expresa Vélez, quien tuvo que buscar proveedores y empleados para cumplir con las metas.
También está el ejemplo de Diverso Mocoa, una compañía encabezada por Magaly Rodríguez. La empresa se encarga de fabricar los uniformes de Libero Cobre con la participación de madres cabeza de hogar. “En la Alcaldía y la Gobernación todo lo compran de otro lado y si uno hace mil camisetas nadie se las compra. Aprendí empíricamente e hice un técnico en el SENA… Nos contactaron de Libero Cobre, hicimos una muestra y nos cancelaron por adelantado”, dice.
Mientras dirimen una disputa legal sobre si Libero Cobre debe o no hacer consulta previa con el reguardo Indígena Inga Condagua para hacer exploraciones en la zona, Floriberto sigue disfrutando de lo agradable que es vivir rodeado de la naturaleza. Él y su socio Hernán siguen denominándose como los guardianes del mopa mopa, el arbusto que da el barniz con el que los artesanos de Nariño desarrollan sus artesanías.
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