La Ruta Pacífica de las Mujeres convocó a una vigilia que se dio en 62 municipios del país el pasado 31 de mayo y que tuvo lugar también en la ciudad de Bogotá en donde contó con una gran asistencia masiva. En entrevista para Confidencial Colombia, su directora Marina Gallego cuenta los detalles de esta iniciativa y comparte sus opiniones en lo que tiene que ver con el paro nacional.
¿Cómo surgió la iniciativa de convocar a una velatón de manera simultánea en 62 territorios del país?
Marina Gallego: Fue una idea que surgió en muchas organizaciones de mujeres para que hiciéramos una vigilia feminista nacional, donde participaran 62 municipios en todo el país y en Bogotá la cita se dio en el Park Way, con el objetivo de apoyar el paro y la negociación que se debe reiniciar, con las garantías para la gente que se ha movilizado y para que se esclarezcan los hechos que se investigan de asesinatos y desapariciones de jóvenes y con algunas mujeres que han sido víctimas de violencia sexual.
¿Cómo respondieron a la convocatoria esos 62 municipios?
Marina Gallego: En Bogotá esperábamos al menos unas 50 personas y llegaron alrededor de 200.
¿Qué información tiene la Ruta de la Pacífica de las Mujeres sobre la violencia hacia el género femenino al interior de las manifestaciones?
Marina Gallego: La mayoría de las personas asesinadas son hombres. Hay un caso de una mujer en el Valle del Cauca. En lo que respecta a violencia sexual son unas 23, todas contra mujeres, que valga recordar, es la población más afectadas por la crisis económica en el país. Y que hace parte de los 42 millones de pobres que registra el DANE.
¿Las propuestas que ha presentado la Ruta Pacífica de las Mujeres han tenido eco al interior del Comité del Paro?
Marina Gallego: Estamos trabajando con las mujeres que integran el Comité haciendo acompañamiento y seguimiento a las negociaciones, apoyando desde luego las garantías que se piden para levantar el paro.
¿Ve con buenos ojos la militarización de las ciudades?
Marina Gallego: La militarización no resuelve nada, la Ruta Pacífica siempre ha estado en contra de la militarización. Este país es muy militarizado, tenemos alrededor de 450 mil efectivos en las Fuerzas Armadas y un gasto militar enorme. Se requiere de unas Fuerzas Militares, respetuosas de los derechos humanos y que se entienda que una protesta social no se soluciona por la vía de la criminalizar las manifestaciones y tratar a los marchantes como si fueran guerrilleros. Esto es un conflicto social que no solo se han presentado aquí, ha sucedido en muchos lugares del planeta y en ninguno de estos se los ha tratado de esta manera a pesar de que también se han presentado brotes de violencia.
¿Es posible una pronta salida negociada que permita calmar los ánimos?
Marina Gallego: Si siguen echándole gasolina no. Pueden aplazarlo pero va a seguir ahí.
¿Usted si cree que esa nueva ciudadanía que está en las calles protestando está representada por el Comité del Paro?
Marina Gallego: El Comité hace lo que más puede, está recogiendo esa agenda pero por supuesto no la puede suplantar. Este también necesita dialogar con los jóvenes en todo el territorio y se requiere de una nueva manera de comunicación con el Estado y el Estado a su vez debe recoger esas demandas. El Comité lo que está haciendo es abriendo los espacios de diálogo. Creo que hasta ahí llega su capacidad.
Si se llega a dar un acuerdo entre el Comité y el Gobierno Nacional, ¿esa nueva ciudadanía va a dejar de protestar?
Marina Gallego: Depende del acuerdo y por el momento se calmarán pero si no cumplen es claro que vuelve a las calles. Hasta que el Estado y esta élite entiendan que es necesario una reforma a fondo, los ánimos no se van a calmar.
¿Esa movilización social llegó para quedarse?
Marina Gallego: Las inconformidades sociales que han estado ocultas durante mucho tiempo y que fueron opacadas en gran parte por los enfrentamientos con una guerrilla como las FARC, están saliendo a flote y mientras esta no se solucionen estarán presentes. Esto no es negativo como lo mira la vicepresidenta Marta Lucia Ramírez. Las protestas son vehículos para que el Estado escuche el clamor de la ciudadanía, y si este es democrático, sabrá leerlo positivamente. Es mejor una protesta a una guerra. Las manifestaciones se han dado en todos los países, con desmanes y bloqueos pero sin el tratamiento que se le da aquí en Colombia.