El ministro de Defensa, Diego Molano, ha tachado este lunes de “mezquinos” a quienes afirman que el atentado contra del presidente, Iván Duque, es “una cortina de humo”, tras insistir en la versión de las autoridades que responsabiliza a las disidencias de las FARC y el ELN de estar detrás del ataque.
El responsable de Defensa ha asegurado, en una entrevista en ‘El Tiempo’, que las investigaciones llevadas a cabo hasta el momento apuntan a “una potencial alianza criminal del ELN y su frente urbano y las disidencias del frente 33 para cometer este atentado terrorista y cobarde” contra el presidente, “la institucionalidad y la democracia”.
Tanto la Policía como la Fiscalía han iniciado investigaciones sobre el suceso, que tuvo como objetivo “generar desestabilización institucional y afectación a la democracia”, ha agregado Molano, para trasladar que “qué fallo o qué otros puntos deben evaluarse” respecto a la seguridad del presidente deberán inspeccionarse. En este sentido, la seguridad de Duque “fue reforzada y actualizada de inmediato”, según Molano.
“Norte de Santander es uno de los departamentos más afectados por el narcotráfico y la presencia de grupos armados ilegales. De hecho, el último informe de Naciones Unidas advierte que allí se encuentran unas 36.000 hectáreas sembradas con cultivos ilícitos”, ha detallado el ministro respecto al departamento donde fue atacado el helicóptero en el que viajaban las autoridades.
Molano, que acompañaba a Duque en el helicóptero junto a otros ministros del gabinete, ha descrito cómo sintieron “los golpes, un ruidito que golpeaba las hélices”, aunque esto no provocó que la aeronave “se desestabilizara”. “Nos dimos cuenta del ataque cuando nos informaron sobre el hecho”, ha añadido.
Por último, ha considerado que no se trata de un ataque aislado y que “no está desarticulado de lo que ha venido pasando a lo largo de los últimos dos meses”, ya que “los ataques a gobernaciones y alcaldías llegan a su punto máximo con este ataque al Presidente”.
El helicóptero en el que viajaba el presidente colombiano fue atacado a tiros el viernes en la ciudad colombiana de Cúcuta, en el departamento de Norte de Santander, cuando el aparato procedía a aterrizar en el aeropuerto Camilo Daza de Cúcuta, tras una visita al municipio de Sardinata.