Naciones Unidas ha elevado este jueves a casi 300 el número de guerrilleros desmovilizados de las extintas FARC que han sido asesinados desde que se alcanzó el acuerdo de paz en 2016, según el último informe trimestral del secretario general, António Guterres, sobre la Misión de Verificación del organismo en Colombia.
El informe detalla que en los últimos tres meses han sido asesinados catorce excombatientes, lo que da un total de 292 víctimas mortales, entre ellas nueve mujeres, desde que el Gobierno del expresidente Juan Manuel Santos y la ya desaparecida guerrilla sellaran un acuerdo que aún está lejos de haberse aplicado.
La Misión de Verificación de Naciones Unidas en Colombia ha alertado de “un importante deterioro” en la seguridad de todas aquellas personas que se acogieron al plan, en especial en los departamentos de Cauca, Nariño y Valle del Cauca, donde se concentran “más de un tercio del total de los asesinatos”.
Al tratarse de una “fuente de inspiración para el mundo”, dice Guterres, no se pueden “ignorar” los “importantes retos y factores de riesgo” a los que se ha enfrentado el proceso de paz en Colombia a lo largo plazo, sobresaliendo entre todos ellos la violencia que se sufre en varias regiones del país, en especial sobre aquellas donde la implantación del acuerdo es prioritario.
Los antiguos guerrilleros de las FARC no son las únicas víctimas de la violencia endémica que arrastra Colombia desde hace décadas. Naciones Unidas también ha recordado que los líderes campesinos y los defensores de Derechos Humanos también tienen que hacer frente a esta lacra, que solo en 2021 ha dejado ya 158 asesinatos.
Esta violencia, que también es responsable de los desplazamientos forzosos de centenares de personas actúa con especial virulencia en aquellos espacios donde el acuerdo debería haberse implantado y que son codiciados por el crimen organizado y el resto de grupos armados, como las disidencias o los paramilitares, que se disputan las rutas del narcotráfico y las amplias extensiones de cultivos ilícitos.
“Insto al Gobierno a que no escatime esfuerzos para acelerar el acceso de los excombatientes a la tierra y a la vivienda y para posibilitar un entorno seguro en las zonas en las que está teniendo lugar su reincorporación individual y colectiva”, ha demandado Guterres, quien ha pedido reforzar la presencia del Estado en las zonas en conflicto para evitar que siga el derramamiento de sangre.
Logros
No obstante, y ante la cercanía del quinto aniversario de la firma del acuerdo de paz, tal y como recuerda Guterres, Naciones Unidas también ha querido resaltar algunos de los logros que desde 2016 se han obtenido, como el “exitoso” cese al fuego y la decisión de los guerrilleros de dejar las armas para participar en política.
“El acuerdo habilitó espacios para que las comunidades participaran en el diseño de planes de desarrollo y de alternativas a las economías ilícitas”, subraya el secretario general de Naciones Unidas, que también lo considera “pionero” entre todos los procesos de paz del mundo debido a su enfoque de género.