El representante a la cámara por el Pacto Histórico, Alejandro Toro, en diálogo con Confidencial Colombia explica las razones por las que considera que, en esta ocasión, el ELN tomará en serio el proceso de paz.
No es la primera vez que un Gobierno se sienta a hablar con la guerrilla del ELN, ¿Qué le hace pensar que esta vez sí va en serio?
Alejandro Toro: El contexto político en todos los sentidos es muy diferente. Uno, por el lado del Gobierno progresista, que le apuesta a la paz, dispuesto a correr los riesgos que implica hacer un acuerdo de paz, que eso es muy importante. Segundo, el tiempo que vive hoy la guerrilla es un tiempo completamente diferente a lo que de pronto fue la llegada de Fidel Castro en 1959 en Cuba, o lo que fue en 1979 con el sandinismo en Nicaragua. Hoy el contexto es diferente. Está casi claro y lo dijeron las mismas FARC, que la toma del poder a través de las armas es un muy mal mensaje. Entonces, eso es lo primero. Un gobierno muy dispuesto, un tiempo diferente y una guerrilla que yo creo que entiende también que la salida debe ser diferente.
¿El Gobierno está creando un ambiente favorable para este fin?
Alejandro Toro: Hay algo muy claro, y es que mientras que, en el proceso de paz con las FARC, las negociaciones se centraron en parte en el tema de tierras, con el ELN hay una negociación en el tema de los hidrocarburos, de las mega empresas mineras, de subirle los impuestos. Pero el presidente va más allá y les dobla la apuesta, les dice no solo eso, sino que vamos a hablar de descarbonización de la economía y de transición energética. Es decir, que lleva mucho más allá los acuerdos que se pidieron en anteriores acercamientos como el de Puebla.
¿Cómo esta militarmente esta guerrilla?
Alejandro Toro: Hay que recordar que el ELN funciona con unos bemoles diferentes a cómo funcionaba el secretariado de las FARC, -es decir- más confederada; hay mucha más autonomía en algunos aspectos, lo que genera un tipo de desconexión entre los comandantes. Esperamos que el hecho de que se esté haciendo en Venezuela produzca un mayor acercamiento y posibilite una mejor comunicación. También quiero hacer un llamado al gobierno y es que debe incluir la mayor cantidad de medios comunicación en ese acompañamiento a los diálogos. No solo a los grandes medios de los grandes emporios sino también a los medios alternativos, rurales, comunitarios, que son los que llegan a permear esos territorios, y que va a permitir que esos comandantes guerrilleros se enteren también de alguna manera sobre qué está sucediendo en estos acuerdos.
¿Entre los comandantes existe un convencimiento de que hay que negociar la paz?
Alejandro Toro: Muy seguramente muchos comandantes no están de acuerdo, así como no estuvieron de acuerdo en las FARC o en las negociaciones del M 19. Por lo general siempre quedan unos grupos residuales, entonces no hay que tenerle miedo a que no todos los comandantes estén de acuerdo, porque para eso se hacen las conversaciones, para eso se llega lentamente a puntos de acercamiento. Cuando hablo que funciona poco más como una federación, hablo de que puede existir unidad en lo político, pero no en lo económico. Hay una autonomía económica en los frentes, lo que no sucedía en el caso de las FARC donde el bloque oriental funcionaba como una especie de Ministerio de Hacienda, que recibía los excedentes y casi que terminaban equilibrando un poco en los frentes o bloques donde no había tantos recursos. En el caso del ELN, a los comandantes se les dice: “sobreviva con su grupo”. Eso hace que haya una autonomía económica, pero no necesariamente en todos los casos hay una autonomía política, creo que hicieron una línea discursiva y política que si se mantiene.
En este proceso no se ha visto a Alias Pablito por ninguna parte.
Alejandro Toro: Tampoco fue muy preponderante en lo que fue en las negociaciones de Quito, y cuando iniciaron las negociaciones de la Habana. Cuando acompañamos las negociaciones de la Habana, fue muy repetitivo que la prensa dijera: “este no está, este tampoco” y las FARC entonces comenzaban como a llevarlos uno a uno, para mandar como una especie de parte de tranquilidad. Yo espero que aquí suceda así, porque es normal. Si no es Pablito, pues va a quedar alguien que dé cierta garantía. Yo considero que hay disposición del ELN, que hay una representatividad muy importante en el tema militar y en el tema político, y que esto va en serio. Le tenemos toda la fe y le estamos apostando todo a la Paz Total.
Siendo el ELN es una guerrilla binacional Venezuela debería estar más involucrado en este proceso de paz.
Alejandro Toro: Creo que Venezuela ha enviado todos los mensajes. Desde el tema de acompañar, desde el tema político y el tema económico, porque eso tiene unas implicaciones también económicas. Pero gran parte de las últimas muertes de comandantes guerrilleros se han dado en territorio venezolano, nadie va a ocultar que es una frontera de más de 2000 kilómetros, pero creo que si hay una disponibilidad de Venezuela.
¿Se puede hablar de tranquilidad con un cese al fuego bilateral cuando no hay cese al fuego entre grupos ilegales?
Alejandro Toro: Por eso estamos hablando de un cese al fuego multilateral, que es una apuesta ambiciosa.
¿Es posible que se celebre que el ELN permita que unos indígenas habiten su territorio, cuando el territorio es de ellos y no del ELN?
Alejandro Toro: Una cosa es estar en el territorio y otra cosa es teorizar desde Bogotá. Uno puede hacer esta teoría de territorio de Estado, de presencia de Gobierno, de gobernabilidad. Pero cuando te vas al territorio en conflicto te das cuenta que el que manda no es el Estado, el que manda es el que se convierte en el garante de ese lugar, ese es el que cobra los impuestos, el que maneja la movilidad. Claro que ese territorio ancestral debería ser de ellos, pero llevados a la realidad quienes lo tienen son los que determinan si se quedan o no.
¿Entonces hay que darle las gracias al ELN?
Alejandro Toro: No hay que darle las gracias al ELN pero si hay que avanzar para que las cosas que hoy son absolutamente normalizadas y deberían ser anormales vuelvan a su justa causa. Que el territorio de los pobladores sea de ellos. Pero lo que pasa es que uno en las negociaciones no negocia con el ideal si no con la realidad, para llegar a lo ideal. Entonces, si el ideal es que sea de ellos, maravilloso. Pero si la realidad es que los desplazaron. Yo no puedo mandarles una carta a los Emberá y decirles: “vuelvan que ese es su territorio”, cuando no hay las garantías; cuando los van a matar; cuando los van a desaparecer. Eso es otro mundo, esa es otra Colombia; manda el que tenga el control de las armas; el que tenga el control de los impuestos, y el que tenga el control de la justicia.
Habló usted hace un momento de la participación de los medios de comunicación en los procesos de paz ¿No cree que tanta democracia también puede hacer daño?
Alejandro Toro: No propongo que vayan a entrevistar al ELN o al gobierno. Lo que deben ir a entrevistar es a la mesa, al proceso, a los avances. Porque si no, se va convirtiendo en una especia de libreto biográfico de alguno de los actores y termina siendo eso como una especie de propaganda.
Para el ELN es importante la participación de la sociedad civil, por eso ellos siempre han hecho un llamado a la Convención Nacional ¿Est escenario tendría unos límites o definitivamente se abriría participación a todo mundo?
Alejandro Toro: Aquí debe haber una metodología clara que permita avanzar.
¿Cómo evitar que esa participación, se convierta en participadera?
Alejandro Toro: Con la construcción de una metodología, que tenga unos entregables y que pueda medirse el porcentaje. Inclusive nosotros tenemos un porcentaje: más o menos el 25% es lo que hemos avanzado en Quito de los 6 puntos. Suponemos que ante eso se encuentra una metodología clara y que esos nos permitan decir: “debemos salir con estos entregables, con estos resultados, con estos objetivos cumplidos”.
¿Le gusta la presencia de Lafaurie?
Alejandro Toro: Mucho. Me parece absolutamente vital porque las negociaciones se dan entre diferentes. Me encanta que estén los militares, y que estén militares activos. El mensaje que manda el presidente cuando invita a Lafaurie es muy claro: para que no tengan la excusa de decir que estamos negociando a sus espaldas. Entonces hay tres aspectos que me gustan del tema de Lafaurie. Uno, que representa una figura antagónica; una figura al otro lado de lo que puede resultar la mesa, incluyendo a miembros de lo que puede ser un gobierno progresista. Segundo, porque representa una parte del Partido Conservador por quienes se dio la guerra por la tierra. Tres porque representa un sector también muy importante que es el sector ganadero. El otro mensaje que finalmente manda es la reconciliación en Colombia.