Según UNICEF, durante el 2023 en Colombia se presentaron 19.415 casos de desnutrición aguda en menores de cinco años, una cifra alarmante, al evidenciar un aumento en los casos del 13,9% con respecto al año anterior. El no llevar una alimentación sana afecta mucho más que la apariencia física, causando complicaciones en el sistema inmune y representando un mayor gasto de energía para realizar funciones corporales básicas como, por ejemplo, respirar.
Carla Murillo, Nutricionista Regional de Griffith Foods comenta que, el hecho de garantizar una nutrición saludable representa un desafío para la industria de alimentos, la cual “debe apuntarle a la construcción de un portafolio de productos amplio y con beneficios nutricionales para las personas, además de fomentar el conocimiento alrededor de la composición y el aporte que genera cada alimento en el cuerpo”.
A continuación, se presentan algunas claves para identificar los nutrientes que componen una dieta balanceada y su respectivo aporte para el correcto funcionamiento del cuerpo.
¿Cómo se compone una dieta balanceada?
Según expertos, para una dieta balanceada los macro y micronutrientes son fundamentales. Los macronutrientes, que se componen por carbohidratos, proteínas y grasas son necesarios en grandes cantidades, proporcionan energía (calorías) y realizan funciones clave para el organismo.
Dentro de los carbohidratos, las fibras presentes en alimentos como las frutas, verduras, legumbres y granos enteros, desempeñan un papel importante en la salud digestiva al prevenir el estreñimiento y mantener los niveles de azúcar en sangre y colesterol en límites saludables. Por su parte, las proteínas son cruciales para el mantenimiento de tejidos, la síntesis de sustancias, el transporte de nutrientes y la función inmunológica. Finalmente, las grasas proveen ácidos grasos esenciales que se convierten en componentes clave para las estructuras celulares, el desarrollo neurológico, producción de hormonas y protección de órganos vitales.
En segundo lugar, aunque no menos importantes, se encuentran los micronutrientes conformados por las vitaminas y los minerales; se requieren en cantidades más pequeñas y no proporcionan energía al cuerpo. Las vitaminas cumplen funciones únicas, desde el metabolismo energético hasta el fortalecimiento del sistema inmunológico. Por otro lado, los minerales como el calcio, el hierro, el magnesio y el zinc desempeñan un papel crucial en la función celular y la estructura ósea.
“La ingesta diaria, en cantidades suficientes, de los macro y micronutrientes es clave para el adecuado funcionamiento de nuestro organismo. Las poblaciones con mayor riesgo de tener déficit en estos nutrientes suelen ser los niños menores de 5 años, mujeres embarazadas o en lactancia y adultos mayores”, agrega Murillo.
Precisamente, garantizar una dieta saludable y diversa se convirtió en un desafío para el país. Según la evaluación de seguridad alimentaria para la población colombiana del Programa Mundial de Alimentos, en Colombia el 15% de los hogares experimentan brechas importantes en el consumo de alimentos, lo que significa que no logran asegurar un consumo aceptable de los diferentes grupos alimentarios. Adicionalmente, dicho estudio de las Naciones Unidas identificó una caída en “la frecuencia de consumo para el grupo de carne, pescado y huevos, lo que pone de presente que, aunque la mayoría de la población logra un consumo aceptable (52%), su dieta no es balanceada y carece de los alimentos fuente de nutrientes esenciales como vitaminas, proteínas y hierro”.
¿Hay nutrientes que pueden afectar negativamente nuestra salud?
Existen nutrientes que cuando se consumen en exceso tienen efectos adversos para la salud. Por esto, políticas actuales se han hecho visibles con las advertencias frontales en los productos que encontramos en los supermercados, donde se destacan el sodio, los azucares, las grasas saturadas y trans.
Para entender mejor lo anterior, es importante tener en cuenta de dónde provienen estos nutrientes y sus funciones. El sodio es un mineral que se encuentra comúnmente en forma de sal; si bien, es un nutriente esencial para el organismo, la Asociación Americana del Corazón resaltó que los americanos consumen en promedio 3.400 miligramos de sodio al día, cuando la cantidad recomendada es de 2.300 miligramos al día (equivalente a una cucharadita de sal) e idealmente, menos de1.500 miligramos. Este consumo en exceso puede generar en los seres humanos complicaciones cardiacas e hipertensión.
El azúcar es un carbohidrato que ayuda a proporcionar energía inmediata al cuerpo. En cuanto a su consumo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda tanto en niños como adultos una ingesta menor al 5% de la ingesta calórica total (equivalente a aproximadamente 5 cucharaditas de azúcar al día). Por su parte, el consumo excesivo de grasas saturadas, que se encuentran principalmente en alimentos de origen animal pueden aumentar el colesterol LDL denominado “malo” en la sangre y aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares.
“Cabe aclarar que todos los alimentos pueden formar parte de la dieta siempre y cuando se consuman en las cantidades adecuadas, es importante evitar caer en juicios frente a los alimentos y entender que cada persona tiene necesidades distintas”, sentencia Murillo y agrega que, para afrontar esta situación algunas compañías productoras de alimentos han comenzado a mejorar su portafolio de productos con la adición de macro y micronutrientes como fibra, proteína, vitaminas y minerales. “Es posible desde el sector agregar los nutrientes que son de interés para mantener una dieta balanceada, sin perder el sabor característico del producto y así tener cada vez mejores ofertas en el mercado”.
Finalmente, es importante recordar que una buena dieta no depende solo del tipo de alimento que se consuma, sino también de factores como las cantidades, la frecuencia y el estilo de vida de cada persona, pues estos determinarán la forma en la que estos alimentos impactan positiva o negativamente en la salud.