En el marco del Día Mundial de la Higiene Menstrual, la compañía global Essity, líder en higiene y salud, ha presentado un panorama alarmante sobre la situación de la menstruación digna, una problemática que continúa siendo silenciada por barreras sociales, económicas y culturales en Colombia y en el mundo.
Según datos de UNICEF, alrededor de 1.800 millones de personas menstrúan a nivel global, pero cerca de 500 millones enfrentan dificultades para acceder a productos de higiene menstrual, instalaciones sanitarias seguras y educación adecuada sobre su ciclo. Esta realidad representa una grave vulneración de derechos fundamentales y evidencia las profundas brechas que persisten en torno a la salud menstrual.
Un informe reciente de Essity sobre Higiene y Salud (2023–2024) expone cifras preocupantes: en países como Estados Unidos, el 64 % de las personas menstruantes ha tenido dificultades para adquirir productos debido al estigma, los altos costos o la desinformación. En India, el 23 % de las niñas abandona la escuela por no contar con espacios adecuados para gestionar su menstruación. A nivel mundial, 367 millones de estudiantes son afectados por infraestructuras escolares inadecuadas, lo que incide directamente en su salud, autoestima y permanencia educativa.
En Colombia, la situación también es crítica. Según el DANE, el 15,1 % de las mujeres ha reportado dificultades económicas para acceder a productos menstruales, con cifras alarmantes en Sincelejo (33,7 %), Ibagué (24,5 %) y Cúcuta (22,7 %). El impacto es mayor entre mujeres jóvenes, con bajo nivel educativo y pertenecientes a estratos socioeconómicos bajos.
Una investigación de la consultora Caja reveló que el 94 % de las mujeres de estratos bajos ha carecido de recursos para adquirir toallas higiénicas. El 92 % ha recurrido a sustitutos peligrosos como trapos, papel higiénico o fragmentos de ropa, exponiéndose a infecciones. Además, el 84 % ha sufrido accidentes al salir de casa con la menstruación, y el 75 % ha sentido vergüenza al pedir una toalla prestada.
El desconocimiento es otra barrera significativa. Solo el 55 % de los colombianos afirma estar bien informado sobre la menstruación, según el DANE. Este silencio social perpetúa estigmas, limita el diálogo en los hogares y obstaculiza la implementación de políticas públicas eficaces.
Essity destaca cinco retos urgentes para garantizar una menstruación digna:
- Acceso limitado a productos y servicios: millones carecen de artículos de higiene menstrual, agua potable e instalaciones adecuadas.
- Estigma y desinformación: los tabúes y mitos afectan el bienestar físico y emocional de las personas menstruantes.
- Impacto educativo: muchas adolescentes faltan a clases o abandonan la escuela por falta de condiciones dignas.
- Consecuencias en salud y economía: el uso de materiales inadecuados puede causar infecciones, ansiedad y deterioro en la calidad de vida.
- Brechas en políticas públicas: la ausencia de programas pedagógicos sostenidos y enfoques interseccionales impide un abordaje integral del problema.
Este 28 de mayo, la conmemoración del Día Mundial de la Higiene Menstrual invita a romper el silencio, erradicar los estigmas y garantizar el derecho de todas las personas a vivir su menstruación con dignidad, seguridad y respeto.

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